En su reunión mensual de política monetaria, el Consejo del Banco Central acordó aumentar la tasa de interés de política monetaria en 25 puntos base, hasta 5,25% anual.

Para tomar la decisión, la institución observó en el ámbito externo, una reducción en el ritmo de crecimiento de las economías desarrolladas; la acentuación de la preocupación respecto del riesgo financiero en Europa, y un aumento en las primas de riesgo de diversos activos.

A nivel global, los registros de inflación han continuado aumentando, pero otros indicadores señalan una moderación de las expectativas inflacionarias. Asimismo, las expectativas respecto de la normalización de las tasas de interés en las economías avanzadas se han aplazado.

Por otra parte, varias economías emergentes han continuado reduciendo su impulso monetario y los precios de materias primas se mantienen en niveles elevados.

En el plano interno, las cifras de actividad, demanda y del mercado laboral dan cuenta del dinamismo de la economía. Los registros anuales de inflación del IPC se han mantenido en torno a 3% y los de inflación subyacente permanecen acotados.

En tanto, las expectativas inflacionarias privadas muestran un descenso, aunque algunas de ellas se mantienen por sobre la meta.

El Consejo estima que, en el escenario más probable, serán necesarios aumentos adicionales en la tasa de política monetaria, cuya oportunidad dependerá de la evolución de las condiciones macroeconómicas internas y externas.

Con ello, seguirá usando sus políticas con flexibilidad para que la inflación proyectada se ubique en 3% en el horizonte de política.