Si el favorito Miami Heat pierde la final 2010-2011 de la NBA contra Dallas Mavericks, sus superestrellas millonarias tendrán que cargar para siempre con el San Benito de su arrogancia, factor que parece explicar el derrumbe del equipo floridano en los últimos dos partidos.

Heat y Mavericks vuelven el domingo a la cancha del American Airlanes de Miami para un sexto partido de vida o muerte en las aspiraciones de ambos equipos.

Dallas, luego de remontadas históricas, logró ganar de local los últimos dos juegos y ahora tiene ventaja de 3-2 en la serie al mejor de siete partidos.

Los Mavs y su estrella Dirk Nowitzki están a un paso de conseguir su primer título de Liga, mientras el Heat y sus ‘Tres Reyes’ -LeBron James, Dwyane Wade y Chris Bosh- tienen un pie en el ridículo y otro en la desesperación.

“Hay un sentido de urgencia porque estamos en un juego de eliminación, pero no hemos llegado a esta posición ahora para perder todo lo que hemos conseguido en el año”, aseguró LeBron James.

Con la espalda contra la pared, LeBron y D-Wade comienzan a comprender que una cosa es la realidad virtual de la televisión, con superhéroes donqueando el balón mientras hablan por celulares, y otra es la realidad cruda de la cancha, donde unos gnomos como J.J Barea y Jason Terry te hacen la noche de pesadilla si no los vigilas.

“Tienes que darle al equipo de Dallas crédito”, aceptó Wade. “Han sabido cerrar mejor los partidos, han jugado mejor defensa, y manejado mejor los tiempos del partido”.

LeBron y compañía llegaron a esta serie con la suficiencia del grandote que se ha pasado todo el tiempo mayoreando a los pequeños, hasta que alguien se decide plantarle cara y desnudar sus puntos débiles.

El episodio que ambos protagonizaron el jueves Wade y James, es un reflejo de arrogancia supina, y hasta una falta de respeto a un compañero de Liga, y a la prensa que tanto le ha aupado.

Horas ante del partido que Dallas le ganó a Miami la noche del jueves, ambos astros miamenses fueron captados por las cámaras de una televisora local imitando la tos de Nowitzki, mientras se tapaban sus bocas con las remeras.

“Wow, ¿me escucharon toser todos? Entonces creo que estoy enfermo”, dijo Wade ante las cámaras.

Dos días antes, el ‘Kaiser’ alemán había anotado 21 puntos, con un dedo lastimado y un cuadro de sinusitis, tos y fiebre alta, guiando a los Mavs al triunfo en el cuarto juego de las finales.

Wade puso en dudas las afeccciones del alemán y calificó de “historia divertida eso de estar enfermo”.

El sábado confesó que ambos habían planeado el acto de imitación para burlarse de los medios, y ver como éstos magnificaban el espectáculo.

“De hecho no era falsa tos… Dirk no es el único que se puede enfermar. Y con las cámaras allí, hicimos una broma sobre él (Nowiztki) porque sabíamos que ustedes iban a estallar esa burbuja. Y eso fue lo que pasó exactamente”, reveló el llamado ‘Flash’ (Relámpago).

James esquivó el bulto y con más inteligencia dijo no querer profundizaar en el asunto.

“No voy a alimentar especulaciones. Si ustedes quieren utilizar eso para hablar de mi o D-Wade y el Heat de Miami yo no. Hay temas más grandes que eso en la serie”, declaró Lebron.

De su lado, Nowitzki calificó de inmadura la actitud de ambos jugadores de Miami, y se quejó de su falta de respeto.

“Pienso que fue un poco infantil, un poco ignorantes”, dijo el gigante germano. “He estado en esta liga por 13 años. Nunca he fingido una lesión o una enfermedad antes. Pero sucedió”.

El alemán puso punto final al episodio, y dijo que el domingo saldrá a la cancha con la misma determinación que ha mostrado en esta serie.

“No voy a añadir nada más. Esta es la final de la NBA. Si usted necesita una motivación extra, usted tiene un problema”, subrayó Nowiztki.