Hace un par de días se estrenó God Bless Ozzy Osbourne, el documental que la familia del ícono del metal preparó sobre su vida. Allí detalla los años en que los excesos casi le cuestan la vida.

Para sus seguidores, son conocidos los excesos y anécdotas que le rodearon en su carrera, sobre todo tras dejar Black Sabbath a fines de los 70.

Entonces marcado por un estado depresivo, inició su carrera en solitario que le devolvió el reconocimiento en el mundo del rock, de la mano de grandes discos, que incluso llegaron a superar a lo que en paralelo creaba Tony Iommi con sus reformulados Black Sabbath.

En el documental, el fragmento que más repercusión ha tenido y que resume su vida como “el príncipe de las tinieblas”, es cuando dice que “debería haber muerto como mil veces, pero no lo hice. Si querías que hiciera algo, bastaba con decirme que no lo hiciera. Ni siquiera puedo recordar los 80, es como si no hubiera pasado”.

Muchas veces al borde de la sobredosis por drogas y alcohol, canciones como “Demon Alcohol” o “Suicide Solution”, ya dejaban ver sus problemas a mediados de los 80. Sólo al llegar a los 90 su propia familia comenzó a hacerle sentar cabeza, situación que se plasma en el disco “No More Tears” (No más lágrimas) de 1991.

En otro extracto del filme producido por su hijo John y su esposa Sharon, Ozzy cuenta cómo un día despertó en medio de una autopista, sin la menor idea de cómo llegó allí.

Ozzy y Sharon en los 80 | www.sharonosbourne.com

Ozzy y Sharon en los 80 | www.sharonosbourne.com

Así, no es de extrañar su sorpresa al pensar que sólo a los 60 años pudo contar con su primera licencia de conducir. Hijo de obreros del barrio más pobre de Birmingham, Inglaterra, Ozzy llegó descalzo a conocer a Tony Iommi, quien formaba una banda, que más tarde sería reconocida como los creadores del metal.

Desde entonces, Ozzy cuenta que tuvo armas de todo tipo y hasta una moto, pero nunca pudo manejar un auto, hasta ahora.

Cuento aparte es la fuerte disputa que tuvo con grupos religiosos que choqueados al verlo decapitar un murciélago en el escenario, o una paloma en otra oportunidad, o por el aparente oscurantismo de sus canciones, le acusaron de inducir al satanismo a los jóvenes e incluso, de incitar la depresión y el suicidio.

Hoy es un tipo alejado de cualquier sustancia dañina y dedicado a la música y su familia. Ha manifestado que no descarta reunir a Black Sabbath, recordando los lejanos 70: “eramos una pandilla de tipos que no tenían ni mierda que perder y todo para ganar”, y lo hicieron.

Trailer de “God Bless ozzy Osbourne”:

Suicide Solution: