La ministra de Juventud italiana, Giorgia Meloni, calificó este jueves de “enésima humillación” para las víctimas la negativa de Brasil de extraditar al ex activista de izquierda Cesare Battisti a Italia, donde está condenado a cadena perpetua por cuatro asesinatos.

“La decisión de los jueces supremos brasileños de no autorizar la extradición de un criminal como Battisti, al igual que la del entonces presidente Lula, representa una enésima humillación para las familias de sus víctimas”, dijo la ministra, citada por la prensa italiana.

La Corte Suprema de Brasil se negó el miércoles por la noche a autorizar la extradición de Battisti a Italia y decidió excarcelar al ex activista italiano de extrema izquierda encarcelado en Brasil desde hace cuatro años.

Sobre nueve jueces, al menos cinco han votado ya contra la extradición, ratificando de este modo la decisión tomada por el ex presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva a finales de diciembre de 2010.

La decisión brasileña es, además, “una bofetada a las instituciones italianas, un acto indigno de una nación civilizada y democrática”, agregó la ministra Meloni.

Battisti, de 56 años, es reclamado por Italia tras ser condenado en 1993 en rebeldía a cadena perpetua por cuatro asesinatos e intentos de asesinatos a finales de los años 1970, unos crímenes de los que él se declara inocente.

“El gobierno seguirá haciendo todo lo que esté en su poder, incluido en el seno de la UE, para conseguir que un vulgar asesino, que hasta el momento había ocultado sus delitos detrás de la lucha política, pueda ser finalmente encarcelado en su país y pueda finalmente pagar su deuda al pueblo italiano”, advirtió Meloni.

“Hemos trabajado mucho -dijo la ministra- para que la opinión pública y los principales responsables brasileños comprendan finalmente que Battisti no es un perseguido político sino un criminal de derecho común, un vulgar asesino que permaneció impune durante 30 años”.

Pese a la decisión brasileña, “no dejaremos nunca de reclamar justicia para todas las víctimas de la violencia política y no dejaremos de luchar mientras asesinos de la calaña de Cesare Battisti no hayan pagado su deuda a Italia”, concluyó.

En 2009, la Corte brasileña aceptó extraditar a Battisti pero, en un juicio polémico, dejó la última palabra a Lula.

En el último día de su mandato, el 31 de diciembre de 2010, Lula rechazó la extradición de Battisti a Italia por estimar que podría ser víctima en ese país de persecución política.

El miércoles por la noche, la mayoría de los jueces consideró que la decisión de Lula no contradecía el tratado de extradición firmado por Brasil e Italia en 1989 y que el gobierno italiano carecía de legitimidad para poner en tela de juicio una decisión del ex presidente brasileño.

Esta decisión de Lula había tensado las relaciones diplomáticas entre los dos países y Roma había llamado a consultas a su embajador en Brasil.