Miles de mexicanos siguen una caravana que pasa por peligrosos sitios de México, en un reclamo sin precedentes por el alto de la violencia del narcotráfico, y este martes se enfila a Monterrey (norte), antes ejemplo de desarrollo y hoy atemorizado por luchas entre capos.

La denominada “Caravana del Consuelo”, que surgió como parte de varias movilizaciones detonadas a raíz del asesinato brutal del hijo del poeta mexicano Javier Sicilia y seis de sus amigos a finales de marzo, pernoctó la noche en Durango (norte), constató la AFP.

El contingente pasó la noche a pocos kilómetros de los sitios donde se hallaron desde el 1 de abril 226 cadáveres en fosas clandestinas.

Antes de concluir su tercera jornada de manifestación móvil, Sicilia propuso ante un millar de personas que se congregaron para apoyar el contingente: “tenemos que agruparnos como ahorita, darnos consuelo, mantenernos unidos e ir al boicot, ir, si es necesario, a la desobediencia civil hasta que transformemos las instituciones”.

El pasado 8 de mayo Sicilia logró convocar a unas 85.000 personas en el Zócalo (plaza central) de Ciudad de México.

Compuesta por unos 15 autobuses y decenas de automóviles, el contingente salió el sábado de la ciudad de Cuernavaca (centro) y hasta el momento ha recorrido unos 1.600 km.

El objetivo final es Ciudad Juárez (frontera con El Paso, Texas), la muestra más desgarradora del nivel que ha alcanzado la violencia con 3.100 homicidios sólo en 2010, muchos de ellos adolescentes.

En esa localidad de 1,2 millones de habitantes se firmará el fin de semana un pacto por la paz, que entre otras cosas exige un cambio de la estrategia antidroga, que el gobierno ha recargado en las fuerzas armadas, pese a la oposición de organizaciones de derechos humanos.

Este martes la caravana arribará a Monterrey, sede de varias firmas líderes a nivel mundial como la cementera Cemex, que vive atemorizada, entre otros crímenes, por los constantes bloqueos de sus principales avenidas por parte de pistoleros y que se atribuyen a maniobras del narcotráfico.

La noche del lunes al menos seis cuerpos mutilados fueron localizados por militares en tres fosas clandestinas en el municipio Juárez, próximo a Monterrey.

“Éstas fosas clandestinas son utilizadas presumiblemente por el crimen organizado para ocultar a sus víctimas”, dijo a la AFP un vocero de la Agencia Estatal de Investigaciones de Nuevo León, estado fronterizo con EEUU, al que pertenece Monterrey.

En Durango, la caravana estaba custodiada por 14 patrullas, mientras que un vehículo de la fiscalía general escolta el automóvil de Sicilia.

La jornada del lunes, policías federales allanaron, presuntamente sin orden de registro, las instalaciones de una organización no gubernamental en Ciudad Juárez.

El allanamiento al Centro de Derechos Humanos Paso del Norte, donde fueron revueltos archivos al parecer de policías implicados en supuestas violaciones de derechos humanos, fue interpretado como una “amedrentamiento” por el apoyo de la ONG a la caravana, denunciaron varias organizaciones.

Human Rights Watch demandó al gobierno mexicano el esclarecimiento del caso, según un comunicado difundido en México.

En declaraciones hechas en San Salvador, en el marco de la Asamblea de la Organizaciones de Estados Americanos, que busca acordar un plan regional contra el crimen organizado, la canciller mexicana Patricia Espinosa defendió la estrategia antidrogas del gobierno.

“Lo que me gustaría enfatizar es que quienes están actuando (en México) con violencia sin precedentes son los delincuentes”, dijo la ministra al comentar la caravana.

El sábado, Sicilia cruzará brevemente la frontera para presidir un mitin en la vecina ciudad estadounidense de El Paso (Texas) junto a organizaciones de derechos humanos y de protección a los migrantes provenientes de distintos puntos del sur de Estados Unidos.