Horas de angustia se vivieron el martes en la ciudad argentina de Bariloche (sur), centro turístico internacional de invierno, que estuvo sin luz y con déficit de agua potable, tras un diluvio que convirtió en barro la ceniza del volcán chileno Puyehue.

Un apagón eléctrico duró 9 horas desde la madrugada tras una nueva precipitación de cenizas volcánicas mezclada con lluvia, que causó un cortocircuito en los generadores, según un informe de la comuna.

Mientras tanto, decenas de turistas anticipaban su regreso desde esta hermosa villa del sudoeste de Argentina, de 140.000 habitantes, a orillas del Lago Nahuel Huapi y entre cerros cubiertos de bosques.

“Nunca había visto algo así”, comentó a la AFP Lucas Mayer, un turista brasileño agobiado por el tedio y fastidioso por tener que volverse a su país, mientras esperaba un transporte terrestre en la terminal de ómnibus.

Al amanecer se habían registrado momentos de inquietud cuando la gente se volcó a las estaciones de gasolina a cargar sus autos y a abastecerse en los supermercados con temor a que la situación se prolongue.

“Llegamos con mi familia el día de las cenizas (el sábado). Después no entendíamos qué había pasado. No podemos quedarnos con tanta incertidumbre”, dijo Augusto Reales, un turista de la provincia argentina de Tucumán (norte), en el momento de abordar otro autobús.

Mientras tanto, en la ciudad se pusieron en funcionamiento plantas potabilizadoras de agua y generadores de energía transitorios para garantizar el suministro al hospital zonal y los sanatorios privados.

“Tenemos que seguir adelante, porque Bariloche vive del turismo”, afirmó un comerciante de la calle Mitre, la principal arteria con paseos de compras, donde la normalidad retornaba lentamente con el suministro eléctrico.

Después del mediodía, la tensión bajó pues una lluvia persistente lavaba las cenizas y arrastraba el lodo que se había formado, aunque las escuelas y oficinas públicas seguían cerradas.

En cambio, el encantador lago Nahuel Huapi, una de las atracciones de Bariloche, cobró una rara tonalidad esmeralda con manchones de cenizas.

“La columna eruptiva empieza a perder energía pero la fase activa del volcán va a durar semanas o meses. No creemos que haya movimientos símicos que lleguen a este lado de la Cordillera de los Andes”, dijo el vulcanólogo Gustavo Villarosa.

Ante la especulación de comerciantes que aumentaron de 6 a 35 pesos (ocho dólares) el valor de los solicitados barbijos, la comuna amenazó con severas multas.

Pero Bariloche tiene como principal motor de su economía el turismo y se evalúa con preocupación el anunciado cierre del aeropuerto hasta el 21 de junio, cuando la temporada de esquí en el invierno austral empieza en julio.

En el aeropuerto internacional el panorama era desolador, con una guardia mínima de empleados y la pista de aterrizaje cubierta por una capa de más de dos centímetros de cenizas.

Una aeronave de la compañía Austral se veía cubierta por un manto de cenizas y con telas plásticas resguardando sus turbinas.

En los barrios periféricos se iniciaba también un operativo de reparto de víveres con alimentos básicos como leche, azúcar, arroz, entre otros, enviados por el Gobierno.