El Gobierno otorgará suma urgencia al proyecto de ley que endurece las sanciones contra los conductores que manejan en estado de ebriedad. La iniciativa contempla además bajar las graduaciones alcohólicas permitidas.

1,4 gramos de alcohol en la sangre fue lo que arrojó la alcoholemia de Sergio Reyes Tapia el conductor que el 3 de abril atropelló a Kevin Silva Toledo, un niño de 14 años que esperaba locomoción para participar del maratón de Santiago.

Un caso que sirvió para instalar el debate e incentivar a las autoridades a modificar la actual ley de tránsito. Un cambio que para Juan Silva, padre de Kevin, llega tarde, pero que va en la dirección adecuada.

Con la nueva norma el estado de ebriedad se establecería con 0,8 gramos de alcohol en la sangre, situación que inmediatamente provocaría el retiro de la licencia de conducir. Mientras que la conducción bajo la influencia de el alcohol partiría de los 0,3 gramos, ocasionando la suspensión del carnet por un tiempo.

El ministro de Transportes, Pedro Pablo Errázuriz, apuntó además que se invertirán recursos para que cada unidad policial cuente con maquinas de alcotest para fiscalizar.

Marcela Sabat fue uno de los diputados que propuso cambiar y endurecer la actual ley de transito, indicó que la normativa busca crear conciencia en los conductores.

Por su parte el diputado socialista, Juan Luis Castro, dijo que apoyaran el proyecto para que sea aprobado prontamente.

Para Vicente Faúndez, presidente de Automovilistas Unidos, esta ley es un paso adelante, pero se tienen que mejorar otros aspectos.

Una idea que busca que casos como el de Kevin Silva no vuelvan a ocurrir en nuestras calles.