El primer ministro de Yemen Alí Mohamed Mujawar fue trasladado este sábado, junto a otros dirigentes, a Arabia Saudita para ser hospitalizado, tras ser herido la víspera en un ataque contra el palacio presidencial, al tiempo que se producían combates esporádicos en Saná y nuevas deserciones en el seno del ejército.

Reaccionando a las informaciones que apuntaban a que Saleh había sido también trasladado a Arabia Saudita, un allegado del presidente, Soltan al Barakani, aseguró que Saleh “no ha abandonado Saná” y que no necesitaba “cuidados en el extranjero”.

Saleh tiene “quemaduras y arañazos en la cara y en el pecho” y su estado no es grave, según declaró otro responsable del régimen tras visitar al presidente en el hospital militar de la capital, donde fue ingresado tras el ataque al palacio, en el que murieron 11 personas y otras 124 fueron heridos.

El primer ministro Alí Mujawar y otros cuatro dirigentes yemeníes (los presidentes del Parlamento, Yahia al Rai, y del Consejo Consultivo, Abdel Aziz Abdel Ghani, y los viceprimer ministros Sadek Amin Abu Ras y Rashed Mohamed al Alimi), heridos en el bombardeo al palacio presidencial del viernes, sí fueron trasladados a Arabia Saudita para ser atendidos, informó la agencia oficial SABA.

Rusia se mostró muy preocupada por la “terrible guerra civil” en Yemen e hizo un llamado a una solución negociada, coincidiendo con un llamamiento de la oposición yemení a la comunidad internacional para que “actúe con urgencia para salvar a Yemen y a su pueblo”.

El presidente Saleh acusó a los “hijos de Al Ahmar” de ser responsables del ataque, en referencia al jeque Sadek al Ahmar y sus seguidores de la influyente tribu de los Hashed.

Como respuesta, las tropas leales a Saleh bombardearon el viernes la residencia del jeque Hamid al Ahmar, hermano del jefe tribal de los Hashed, Sadek, cuyos seguidores se enfrentan violentamente contra el ejército desde el 23 de mayo.

La Guardia Republicana, cuerpo de élite del ejército, también bombardeó las residencias de otros dos hermanos de Sadek al Ahmar y la del general disidente Ali Mohsen al Ahmar “en respuesta a los tiros de obuses contra el palacio presidencial”, según el portavoz del partido gubernamental, Tarek Shami.

En estos ataques murieron 10 personas y otras 35 resultaron heridas, según fuentes próximas a Hamid al Ahmar. Otro civil murió y varios otros quedaron heridos en tiroteos ocurridos el sábado en el barrio de Al Hasaba, al norte de Saná y feudo de los Hashed.

En declaraciones a la AFP, el jeque Hamid al Ahmar negó haber atacado el palacio presidencial y aseguró que Saleh era el instigador del ataque al palacio presidencial para provocar “una guerra civil”.

Otra fuente cercana al jefe tribal aseguró después de que el rey Abdalá de Arabia Saudita podría dirigir una mediación entre ambos bandos, y que Al Ahmar podría aceptar un alto el fuego “pese a los ataques contínuos” de las fuerzas del régimen.

La oposición parlamentaria también estimó que se corre el riesgo de que haya una “guerra civil”, y preconizó “la lucha pacífica y democrática”.

Tras cuatro meses de protestas populares sangrientamente reprimidas por el régimen de Saleh, que se niega a dejar el poder, la revuelta adquirió otra magnitud el 23 de mayo con el inicio de duros combates en Saná entre fuerzas leales al presidente y partidarios del influyente jefe de los Hashed, el jeque Sadek al Ahmar, que se unió a la oposición. Estos combates han causado decenas de muertos en los últimos días.

Por la noche, en Taez, 270 kilómetros al suroeste de Saná, militares se enfrentaron con hombres armados que ocuparon varios edificios gubernamentales, entre ellos cuatro puestos policiales, indicaron testigos sin precisar el número de víctimas.

El comandante de la 33 División Blindada, el general Jebran Yahia al Hashedi, anunció en Taez su adhesión a la oposición por las presiones recibidas por sus superiores para enviar a sus hombres a reprimir las manifestaciones en Taez.