El ministro de deportes australiano, Mark Arbib, aseguró este viernes a la prensa que la Federación Internacional de Fútbol (FIFA), bajo sospecha de corrupción, tendrá que demostrar primero su “juego limpio” si quiere los gobiernos vuelvan a confiar de nuevo en la institución.

“La FIFA tiene que demostrar su juego limpio si quiere que los gobiernos confíen en ella”, dijo Arbib en declaraciones a ABC Radio.

“Con lo que he visto sobre los procesos de atribución (de los Mundiales) y lo que he oído sobre la connivencia entre países, está claro que no fue un juego justo”, añadió Arbib en referencia a la atribución de los Mundiales de 2018, a Rusia, y de 2022, a Qatar.

“No creo que ningún gobierno, sabiendo lo que sabemos -a menos que haya una reforma en la organización y de los procesos de atribución de la FIFA- no creo que ningún gobierno quiera poner dinero” para organizar un Mundial, aseguró el ministro, que también pidió que una “figura externa” participe en la reforma.

El proceso de atribución de los Mundiales de 2018 y 2022 a Rusia y Qatar está bajo sospecha de corrupción mientras que otro presunto caso de sobornos estalló pocos días antes de las elecciones a la presidencia del pasado miércoles, en la que Joseph Blatter, único candidato de 75 años, fue reelegido.

La federación australiana de fútbol, que aspiraba a organizar el Mundial-2022, votó a favor de Blatter en las elecciones, aunque pidió reformas.