Como una “buena noticia” calificó el alcalde de Valdivia Bernardo Berger, la confirmación hecha por el Ministro de Obras Públicas sobre el inicio de trabajos en el Puente Cau-Cau antes que termine el año.

El Puente Cau-Cau fue una de las principales iniciativas impulsadas por la corporación y que aún no se materializa.

A juicio de la corporación edilicia, su existencia es clave pues dará conectividad a las Ánimas, La Teja, el centro y la costa; permitirá desconcentrar la circulación del centro y desarrollar otros proyectos viales y urbanos sin que signifique paralizar la ciudad.

“Pero también abre posibilidades de desarrollo, inversión y expansión asociada del borde de avenida España y la Plataforma Santa Rosa, permite asegurar y preservar la industria naviera valdiviana, y constituye un nuevo hito urbano, turístico y de imagen ciudad asociado a la navegación y la condición fluvial”, dijo al respecto el alcalde Berger.

De ahí que tras la visita del titular del MOP Hernán de Solminihac el viernes último, en el municipio valdiviano vieran con buenos ojos los anuncios pues “da claridad y tranquilidad a la comunidad sobre este proyecto tan necesario y urgente para romper la precaria conectividad de Valdivia”, subrayó el Edil.

Berger añadió que la Municipalidad se mantendrá “atenta y colaborativa” para facilitar todo aquello que sea necesario para asegurar que una vez definida la empresa constructora, ésta pueda iniciar sus faenas lo antes posible.

“Nos interesa que el inicio de las faenas no se dilate de forma innecesaria. Esta es una obra de una urgencia tal que cada día que pasa, se acentúa más la congestión vial del centro y se congela la posibilidad de generar nuevos proyectos asociados a la materialización del viaducto por el ala norte”, indicó.

Si bien la idea de construir un puente sobre el río Cau-Cau data de 1991, ésta fue cimentada seriamente bajo la administración de Berger el 2001.

Pero ya el 31 de enero de 1991 el municipio había remitido al MOP un presupuesto estimativo que incluía la pavimentación de los accesos y un anteproyecto aportado por Asenav, dada la condición de levadizo que debía tener el puente, sin que ello tuviera eco en la repartición ministerial.

Luego de 10 años de silencio, en octubre de 2001 el municipio retomó el proyecto, y ese mismo mes abrió las conversaciones técnicas con Vialidad de Obras Públicas. Ese mismo año y durante la visita del ex presidente Ricardo Lagos a la ciudad, el mandatario aseguró que el puente Cau-Cau se construiría y que sería abordado el 2002.

Entre tanto, el 24 de noviembre del 2001 se firmó el primer acuerdo para iniciar el desarrollo del proyecto y la asignación de tareas y plazos, suscrito por el Subsecretario de Obras Públicas de la época, Juan Carlos Latorre, la gobernación provincial, el municipio y la empresa privada.

El 2002 se hicieron los estudios de base y las mediciones para el desarrollo de las ingenierías, financiadas por el municipio y el MOP.

El 2003 se concluyó el estudio, pero al año siguiente el Departamento de Puentes anunció la contratación de un nuevo estudio para asegurar la ejecución de la obra, que sería la primera de tipo basculante edificada en el país, lo que significó un nuevo retraso al proyecto.

En marzo de 2005 la Dirección de Puentes del MOP anunció recursos para licitar el segundo semestre. El 22 de junio se publicó el llamado en el Diario Oficial con un presupuesto de 2 mil 395 millones de pesos, un plazo de estudios de apenas 30 días y con una norma de certificación ISO 9001/2000, las más alta exigible, lo que dejó fuera de competencia a todo el mercado nacional. Ese mismo año, unas semanas antes, había caído el puente Loncomilla, lo que habría explicado la solicitud del mayor nivel de certificación a empresas contratistas.

La propuesta se abrió en noviembre de 2005, y como era de esperarse, la única oferta se elevó a 4 mil millones de pesos. La unidad respectiva declaró desierta la propuesta.

El 16 de diciembre de 2005 el alcalde pidió al Presidente de la República su intervención para agilizar un nuevo proceso de licitación y que ésta se haga en condiciones normales de certificación de las empresas y en plazos de estudio razonables.

Tras tres intentos del municipio por conseguir respuestas, el 14 de febrero del 2006 el MOP informó que el proyecto sería reevaluado y que, en ese nuevo escenario, probablemente, se ejecutaría a partir del 2007.

El 13 de enero del 2007 se firmó el acuerdo complementario del Convenio de Programación entre el Gobierno Regional de Los Lagos, el MOP y el Ministerio de Vivienda, en el que se comprometieron 6 mil 100 millones de pesos para el puente, el inicio del rediseño para el 2007, y de obras para el 2008.

El 20 de abril del 2007 se anunció que el diseño se licitaría con un plazo de ejecución de 823 días. Ante ello, el municipio advirtió su malestar pues el lapso era excesivo e incumplía el cronograma comprometido por las autoridades del gobierno de la época. Fruto del reclamo, el plazo se redujo a 600 días en junio de 2007, pero ello tampoco dejó contento al municipio, pues se consideró que era igualmente excesivo para el reestudio de algo que ya estaba hecho.

Finalmente, el 27 de julio de 2007 se publicó en el Diario Oficial la licitación del diseño del viaducto, con un plazo de 570 días (19 meses). Las propuestas se abrieron el septiembre del mismo año, y según ello, el estudio debió ser entregado e informado en abril del 2009, lo que se dilató hasta mediados del año pasado.