El nuevo suicidio de un adolescente tras un incidente de Bullying, esta vez en un liceo de Linares, vuelve a alertar sobre la gravedad de este problema. La psicóloga de la Clínica Cordillera, Jessica Sosa, explica que el hecho de que un niño o joven llegue a optar por suicidarse “tiene directa relación con la gravedad de la violencia que vive, el tiempo que la ha soportado y las reacciones que han tenido los adultos o sus pares frente al abuso”.

Como guía para reconocer y frenar el problema, Sosa subraya la importancia de que los padres mantengan una comunicación fluida y abierta con los hijos. “Hay que saber con quiénes se relaciona nuestro hijo en el colegio, qué cosas hace y cómo son sus amigos. Así se puede estar cerca de él o ella y detectar cualquier cambio en su estado de ánimo; es decir, si está triste, irritable, desmotivado, o si hay cambios en la relación con los amigos. También es importante tener conversaciones regulares con los profesores para saber qué sucede en el colegio. Además hay que estar al tanto de su manejo de mails, chats y Facebook”, expresa.

La experta de la Clínica Cordillera agrega que “la familia puede reconocer que un adolescente o niño está siendo victima de bullying si es que se le observa retraído, sin amigos que lo apoyen y con dificultades de autoestima”. Desde la otra vereda, “un victimario se puede reconocerse como un individuo que no respeta a sus pares”. Según Sosa, generalmente se trata de un líder, agresivo que tiene dificultades para empatizar con el sufrimiento de otros.

La psicóloga Jessica Sosa, por último destaca la importancia de que los colegios posean programas preventivos frente al bullying. “Lo mas importante es detener el abuso y los adultos generalmente pueden hacerlo. Deben darse cuenta de qué está ocurriendo y no restarle importancia. Luego es fundamental que exista una terapia reparatoria tanto para la víctima como para el victimario con el enfoque correspondiente para cada uno”.