El duelo fratricida suizo entre Roger Federer (N.3) y Stanislas Wawrinka (N.14) de octavos de final del Abierto de tenis de Francia, este domingo en el court central Philippe Chatrier de Roland Garros, se saldó con una lógica victoria del primero por 6-3, 6-2 y 7-5.

“Estoy muy contento con mi desempeño de hoy, porque era un partido peligroso y sabía que el comienzo sería clave. Era importante ganar rápido para mí. ‘Stan’ es un muy buen jugador, con clase, y alargó el tercer set, pero gracias a mi experiencia, quizás, pude ganar en tres”, destacó el vencedor tras el partido.

Federer jugará su encuentro de cuartos frente al triunfador en el partido que jugaban más tarde, en el court Suzanne Lenglen, el español David Ferrer (N.7) frente a uno de los créditos franceses, Gaël Monfils (N.9).

La primera inflexión la logró Federer poniendo 3-1 el marcador en el cuarto game, y siguió a 4-1 con su servicio. La manga finalizaría con 6-3 en sólo 27 minutos de intercambios.

En el segundo set las cosas se dieron parecidas, con el ganador quebrando de nuevo para poner el marcador 3-1 de su lado con su saque, logrando nuevamente el quiebre para 4-1 y continuar a 5-1, y tras esto terminarlo 6-2 en poco más de media hora de juego.

Este encuentro ya parecía un entrenamiento entre amigos, cuyo resultado todos conocíamos ‘a priori’. Sin embargo, el tercer parcial no fue tan previsible.

La tercera, que se esperaba una ‘simbólica’ manga para cumplir con el reglamento, tuvo sorpresivamente la primera inflexión a favor de Wawrinka en 2-0, su primer ‘break’ del partido, que pareció casi un cumplido de su compatriota y amigo.

Luego siguió a 3-0 pero, cuatro games después, en el séptimo, tantas veces decisivo, Federer quebró y puso el tanteador 4-3.

Así continuaron este largo e inesperado parcial, pero sobre el final se impuso la lógica y el vencedor hizo el ‘break’ en el undécimo juego, y se puso 6-5 arriba con su servicio. Su rival parecía ofuscado, pero no con él, sino por sus propios errores en un set que podría haber sido suyo.

Después, el último juego fue sólo de trámite para el vencedor, quien ganó 7-5 con su segunda bola de partido tras 50 minutos y en total 1 hora y 56 minutos de duelo.

Federer, de 28 años y originario de Basilea, número 3 mundial después de haber dominado en el circuito ATP y batido todos los récords posibles durante varias temporadas, domina claramente ahora por 9-1 su mano a mano personal con su compatriota, de 26 años, de Lausana e hijo de un alemán y una helvética, quien le ganó sólo en Montecarlo 2009, también sobre arcilla, y actualmente está en el puesto N.14 de la clasificación de la ATP.