Las autoridades alemanas afirmaron el domingo estar haciendo todo lo posible para localizar la fuente exacta del brote de infecciones por la bacteria E. coli enterohemorrágica (Eceh), a la que se atribuyen 10 muertes y que se sospecha se pudo originar en España.

“Hasta que los expertos de Alemania y España no logren identificar positivamente el foco de infección, las advertencias generales sobre (el consumo de) verduras siguen siendo válidas”, afirmó la ministra de Consumo alemana Ilse Aigner al periódico Bild am Sonntag.

Debido a la rapidez de propagación de la enfermedad, las autoridades sanitarias alemanas han desaconsejado el consumo de tomates, pepinos y lechugas crudos, especialmente en el norte del país, principal foco de infección.

“Las autoridades competentes están haciendo todo lo posible por clarificar esta cuestión, tanto a nivel nacional como internacional”, añadió la ministra.

La Comisión Europea confirmó el viernes que pepinos procedentes del sur de España eran la fuente de infección de la bacteria Eceh, causante del llamado síndrome urémico hemolítico (SUH), una grave enfermedad renal, que provocó ya dos muertes confirmadas en Alemania y se sospecha que otras ocho personas fallecieron por el mismo motivo, aunque aún no fue confirmado por las autoridades alemanas.

El Instituto Rupert Kock (RKI), encargado en Alemania del control sanitario y de la lucha contra las enfermedades, informó que cerca de 300 personas han contraído esta enfermedad en las últimas semanas, cuando sólo se dan unos 60 casos al año en todo el país.

“Esta infección por SUH es una de las más importantes jamás observada en el mundo y la más importante en Alemania”, constató el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC).

En un informe hecho público el viernes por este organismo, la infección parece limitarse a Alemania, ya que los casos detectados en otros países europeos corresponden a ciudadanos alemanes o que habían viajado recientemente a Alemania.

Se han registrado casos en Suecia, Dinamarca, Reino Unido, Holanda, Francia, Suiza y Austria, cuyas autoridades prohibieron la venta de pepinos, tomates y berejenas procedentes de Alemania, pero cultivados en España.

Las primeras sospechas ya apuntaron hacia España, tras confirmarse que pepinos producidos por dos empresas de Andalucía (sur) habían sido identificados como la fuente de contaminación.

Pero no se ha dado todavía por descartado que la contaminación haya podido producirse a lo largo de la cadena de distribución. De hecho, la Comisión Europea investiga otros lotes de pepinos originarios de Holanda y Dinamarca, comercializados en Alemania.

Las autoridades españolas anunciaron el sábado la imposición de restricciones a dos distribuidores y el gobierno regional andaluz aseguró que se habían retirado los lotes sospechosos a la espera de los resultados de los análisis, que deberían conocerse este lunes.

Los productores de verduras alemanes anunciaron ya pérdidas de dos millones de euros diarios (casi tres millones de dólares) y la asociación de agricultores del norte de Alemania aseguró que el consumo de pepinos, tomates y ensaladas ha caído un “90%”.