El escocés Andy Murray (N.4), a pesar de sufrir una lesión en el tobillo derecho durante el partido, cumplió los pronósticos con autoridad y selló su pase a los octavos de final del torneo de tenis de Roland Garros, tras imponerse por 6-2, 6-3 y 6-2 al alemán Michael Berrer.

Su adversario por un lugar en los cuartos, si finalmente no es declarado baja por sus problemas físicos, será el serbio Viktor Troicki (N.15), que se impuso por 6-4, 3-6, 6-3, 6-4 al ucraniano Oleksandr Dolgopolov (N.21).

Murray disparó todas las alarmas cuando iba ganando 2-1 en el segundo set, cuando se torció el tobillo derecho. Cayó al suelo, con evidentes signos de dolor y con la cabeza entre las manos, haciendo pensar que no podría continuar el partido por la lesión.

Recibió entonces asistencia médica, su tobillo fue vendado y pudo continuar. Sin arriesgar, intentó terminar rápidamente y sin desgaste cada punto, a menudo con éxito, ante un rival muy inferior (95º del mundo), que no pudo aprovechar que el británico se encontraba mermado físicamente.

La gran incógnita será saber cómo responderá el tobillo derecho del escocés de aquí al lunes, cuando está previsto su partido contra Troicki, el único en su parte del cuadro antes de semifinales que está por debajo de la 30ª posición en la lista ATP.

En la rueda de prensa posterior al partido, Murray apareció con gesto muy serio y dijo que no sabe si podrá continuar en buenas condiciones, por lo que habrá que “esperar y ver” qué ocurre finalmente.

“Realmente hay que esperar y ver. Simplemente, no lo sé. Puede que no pueda jugar o puede que esté al 100%. Tendremos que ver cómo evoluciona, voy a hacer todo lo posible para estar preparado”, comentó el jugador británico.

“Ha sido muy doloroso durante el partido y también después. Nunca había tenido un problema en mi tobillo derecho, estaba muy preocupado. Conseguí sobreponerme, sin moverme muy bien. Él no jugó bien y eso me ayudó”, explicó el finalista del Abierto de Australia de este año.

Murray ha igualado ya llegando a octavos su mejor resultado en Roland Garros, que había conseguido hace un año, cuando fue eliminado en esa ronda por el checo Tomas Berdych.

El escocés está firmando una temporada europea sobre arcilla esperanzadora, después de haber puesto en apuros a Rafael Nadal y Novak Djokovic en las semifinales de dos citas Masters 1000, en Montecarlo y Roma respectivamente.