El jefe de la fuerza de la OTAN en el norte de Afganistán, el general Markus Kneip, sobrevivió este sábado a un atentado, reivindicado por los talibanes, contra las oficinas del gobernador provincial de Tajar que causó siete muertos, incluidos tres soldados alemanes.

El atentado suicida se produjo en el interior mismo del edificio oficial tras una reunión de altos responsables de seguridad afganos con el general alemán Kneip.

“Siete personas han muerto (…) tres soldados alemanes y cuatro afganos, entre ellos el general Daud y el jefe de la policía (de Tajar)”, declaró a la AFP el portavoz del gobierno provincial Faiz Mohamed Tawhidi.

El general Mohamed Daud Daud era el jefe de la policía afgana en el norte del país y toda una figura en su país. Ex gobernador de Tajar, fue viceministro de Interior encargado de la lucha antidroga antes de ser nombrado en su actual puesto, en otoño (boreal) de 2010.

Hasta finales de 2001, el general Daud fue uno de los mandos de la Alianza del Norte, una coalición antitalibán, y estrecho aliado de Ahmad Shah Masud, figura de la resistencia antisoviética y de la lucha contra los talibanes.

El gobernador de la provincia de Tajar, Abdul Jabar Taqwa, resultó herido en el mismo atentado, según su portavoz.

El portavoz del ministerio del Interior, Zemarai Bashary, añadió que en el ataque fueron heridas 12 personas.

El comandante de las fuerzas de la OTAN para la Región Norte, el general alemán Markus Kneip, se encontraba “presente en el edificio” en el momento del atentado y “ha sobrevivido”, anunció a la AFP un portavoz de la Alianza Atlántica, sin querer precisar si el general alemán había sido o no herido.

Un kamikaze detonó un explosivo en uno de los pasillos del edificio tras la reunión mantenida por los altos mandos sobre seguridad, explicó a la AFP el responsable administrativo de los servicios de Gobernación, Qutbudin Kamal, testigo del atentado.

Los insurgentes talibanes, que combaten al gobierno afgano y a las fuerzas internacionales que le apoyan desde que los talibanes fueran expulsados del poder por una coalición internacional, a finales de 2001, reivindicaron el atentado.

“Uno de los muyahidines ha perpetrado el ataque al interior del complejo del gobernador de Tajar, cuando se celebraba una reunión sobre seguridad”, declaró a la AFP uno de los portavoces de los talibanes, Zabihulá Muyahid.

La provincia de Tajar es considerada como tranquila, pero hace frontera con la de Kunduz, convertida en los últimos años un bastión de los talibanes, quienes han multiplicado recientemente sus ataques contra objetivos sensibles y teóricamente bien vigilados en todo el país, lo que hace sospechar que los insurgentes se han infiltrado masivamente en las fuerzas afganas.