Los dirigentes de todos los partidos políticos griegos fueron convocados este viernes por el jefe del Estado a una reunión de crisis con el telón de fondo del temor de que el FMI pueda retirar su apoyo a Grecia, lo que aumentaría las probabilidades de que cesara de pagar su deuda.

El jefe del Estado, Carolos Papoulias, iba a recibir al mediodía a los cinco dirigentes de los partidos representados en el Parlamento para tratar de conseguir un consenso mínimo para las nuevas medidas de austeridad anunciadas por el gobierno para garantizar que la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) sigan apoyando al país.

Este plan, exigido por los acreedores del país, eurozona y FMI y divulgado el lunes, combina aceleración de las privatizaciones y recrudecimiento de las medidas de rigor, sobre todo, fiscales, adoptadas hace un año en Grecia.

Mientras que miles de personas convocadas por internet se empezaron a manifestar en Atenas esta semana para protestar contra las nuevas medidas, el plan fue anunciado en un momento en que los acreedores analizan dar la luz verde a la nueva entrega de 12.000 millones de euros del préstamo de 110.000 millones acordado el pasado año para evitar la bancarrota del país.

El gobierno negocia una eventual extensión de esta inyección de fondos, ya que el país no podrá volver al mercado libre para refinanciarse, dados los tipos de interés prohibitivos que tendría que pagar.

Funcionarios del FMI, de la Comisión y del Banco Central europeos -conocidos como la Troika- analizan en Atenas desde el 10 de mayo las condiciones de entrega de esta nueva ayuda, y el ajuste que necesita el presupuesto griego.

Pero el FMI, que contribuye con unos 30.000 millones de los 110.000 millones del préstamo, advirtió el jueves que no volvería a dar dinero a Grecia a menos que el país le dé “garantías” de que puede reembolsarlo.

Un rechazo de la entrega equivaldría “según toda probabilidad a la bancarrota” del país, que tiene una deuda superior a 150% del PIB, advirtió el domingo el primer ministro Georges Papandreou.

“No se podría pagar ningún salario, ninguna pensión ni ninguna obligación del Estado” sin este dinero, recordó por su parte el ministro de Finanzas Georges Papaconstantinou a la televisión Skai el lunes.

La Troika todavía no ha informado de cuándo anunciará su decisión.

“La misión en Atenas está bajo presión para adoptar una decisión rápidamente”, debido a la volatilidad de los intercambios euro-dólares, estimó Paolo Pizzoli, analista de ING en una nota.

Los problemas financieros de Grecia pesaban en el mercado de divisas y en el precio del euro.

El jefe de filas de los ministros de Finanzas de la zona euro, Jean-Claude Juncker, hizo saltar la alarma el jueves al manifestar sus dudas de que Grecia pueda demostrar al FMI y a sus socios europeos que tendrá la financiación necesaria para hacer frente a sus obligaciones en los próximos doce meses.

Los acreedores desean obtener un apoyo de los principales partidos griegos para las medidas de austeridad, ya que algunas se prolongarán más allá de este gobierno.

Papoulias había convocado dos reuniones del mismo tipo después de la llegada del gobierno de Papandréou, una en diciembre de 2009 consagrada a la lucha contra la corrupción, y la otra en mayo del 2010 sobre la crisis económica y el recurso a la ayuda económica de la UE y el FMI.