Para Gerard Piqué, la final del sábado en Londres de la Liga de Campeones entre Barcelona y Manchester United será un partido muy especial en el que se medirán el club de amores, en el que juega en la actualidad, y el equipo inglés que confió en él cuando era juvenil.

Con apenas 17 años, Piqué, nieto de un ex dirigente del FC Barcelona, se marchó en 2004 al Manchester United, donde estuvo cuatro temporadas, aunque una de ellas, en 2006-2007, fue cedido al Zaragoza, para volver al equipo inglés, con el que ganó la Liga de Campeones en 2008.

El novio del cantante colombiana Shakira no participó en aquella final europea en Moscú en que el Manchester United ganó por penales al Chelsea, pero el título está en su palmarés.

Un año después, ya titular en el Barcelona, ganó sobre el terreno la final de la Liga de Campeones de 2009 al derrotar en Roma por 2-0 al Manchester United.

Dos años más tarde, Piqué tendrá la oportunidad de ganar su tercer título de Champions, el segundo con el Barcelona, en otro duelo contra el Manchester United.

“Es un partido emotivo para mí ya que se enfrenta mi equipo de toda la vida, del que he sido seguidor desde niño, y el primero que me dio la oportunidad de ser profesional y del que guardo muy bonitos recuerdos”, afirmó Piqué esta semana a pocos días de la final del sábado en Londres.

Piquet es un defensa alto y contundente y su paso por Inglaterra le enseñó a ir al choque, algo a lo que están acostumbrados todos los zagueros de la Premier.

“Nunca me he lamentado de aquella decisión de irme a Inglaterra ya que allí me hice un hombre. Era otra maneras de jugar, más directa y física. Aprendí a usar mi cuerpo para defender ya que algunos jugadores venían a menudo por detrás tuyo a quitarte el balón”, afirma el central.

“Allí trabajé como nunca lo hice antes y gané nueve kilos de músculos”, señala el jugador catalán.

Pese a todo, el técnico Alex Ferguson, que le trajo al Manchester United, nunca confió en él, prefiriendo al serbio Nemanja Vidic o a Rio Ferdinand e incluso dejó en el banquillo a Piqué en ocasiones, colocando a laterales en el puesto de central.

Tito Vilanova, ayudante de Pep Guardiola en el Barcelona, que había tenido a Piqué a sus órdenes en el equipo cadete del club azulgrana, recomendó su regreso al equipo catalán y al final consiguió su regreso por una cantidad asequible de cinco millones de euros.

Después de aquello, Piqué ha tenido una progresión extraordinaria, siendo además campeón del mundo con España. Sus posibilidades no fueron calibradas por un Alex Ferguson que no suele equivocarse en la búsqueda de talentos.

El escocés, probablemente, no dejaría escapar ahora a la perla de la defensa azulgrana.