Los expertos de la Unión Europea (UE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI) continuarán la próxima semana en Atenas el control de las cuentas de Grecia en momentos en que surgen divergencias en Europa sobre una eventual reestructuración de la deuda griega, informó el ministerio griego de Finanzas.

Los expertos, llegados a Atenas hace dos semana para evaluar los progresos efectuados en la puesta en marcha del plan para sanear las cuentas de Grecia presionada por los mercados y los acreedores, dejaron este viernes la capital griega, pero regresarán la próxima semana, según la misma fuente.

En un primer momento el fin de la misión estaba programado para el 18 de mayo.

La delegación tripartita (compuesta por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI) debe aun finalizar con el gobierno socialista un plan de salida de crisis a mediano plazo (2012-2015) con nuevas medidas de austeridad y un vasto programa de privatizaciones, según la misma fuente.

Este plan, cuyas grandes líneas fueron presentadas a mediados de abril, debe ser adoptado por el Consejo de Ministros a comienzos de la semana próxima para ser enviado luego a votación por el Parlamento a principios de junio.

El gobierno atrasó su adopción presionado por los expertos de la Troika, apodo dado al grupo de acreedores que reclama más recortes y una aceleración de las privatizaciones, afirmó el viernes la prensa griega.

Al cabo de su misión, los expertos deben elaborar un informe sobre la economía del país para permitir el giro de la quinta parte (12.000 millones de euros) del préstamo de 110.000 millones de euros a tres años, acordada al país hace un año.

El jueves hubo una reunión entre el jefe de gobierno Giorgos Papandreou, su consejero y ex vicepresidente del BCE, Lucas Papademos, y el ministro griego de Finanzas, Giorgos Papaconstantinu, sobre “temas actuales de la economía”, informó la oficina del primer ministro.

Según la prensa, “Papademos, que hace poco viajó a la sede del BCE en Fráncfort (oeste) para informarse sobre las intenciones de la institución para con Grecia, habría aconsejado al gobierno tomar nuevas medidas y olvidar la prórroga de los vencimientos de la deuda”, opción privilegiada por varios altos dirigentes de la UE.

Este escenario de alargar los plazos de vencimiento de la deuda griega, calificada como “reestructuración suave” es cuestionada por el BCE, que tiene unos 60.000 millones de euros en bonos públicos griegos y que teme que una reestructuración provoque el desmoronamiento del sistema bancario griego con consecuencias en el conjunto de la zona euro.