El proceso del húngaro Sandor Kepiro, de 97 años, considerado uno de los últimos criminales nazis vivos, por presuntos crímenes de guerra en Serbia en 1942, se reanudó el jueves en Budapest, tras un examen de salud del acusado, quien fue declarada apto a ser juzgado.

“El estado mental de Sandor Kepiro no se ha deteriorado. Es capaz de entender y procesar informaciones provenientes del exterior”, declaró el juez del tribunal de Budapest Bela Varga, refiriéndose a los resultados de este examen de salud solicitado por el magistrado para saber si el acusado podía ser juzgado.

Kepiro ha sido acusado de ser “cómplice de actos de crímenes de guerra” como comandante de una patrulla, durante la matanza llevada a cabo entre el 21 y el 23 de enero de 1942 en Novi Sad, una ciudad situada actualmente en territorio serbio, en la que murieron al menos 1.200 civiles, judíos y serbios.

Kepiro, entonces capitán de gendarmería, es acusado directamente del asesinato de 36 personas.

Al iniciarse el juicio, el 5 de mayo, Kepiro clamó nuevamente su inocencia.