La represa china de las Tres Gargantas, la mayor del mundo, es según el gobierno de Pekín responsable de diversos problemas que deben tratarse “urgentemente”, una confesión inhabitual que contrasta con los tradicionales elogios oficiales de esta obra faraónica.

“Aunque la presa de las Tres Gargantas es fuente de numerosos e importantes beneficios, hay problemas que deben resolverse urgentemente, en lo que concierne al realojo de los residentes (desplazados), la protección del medio ambiente y la prevención de catástrofes ecológicas”, advirtió en un comunicado publicado el miércoles por la noche el gobierno, reunido bajo la presidencia del primer ministro Wen Jiabao.

El controvertido pantano ha “tenido consecuencias” en la navegación fluvial, la irrigación y los recursos hídricos, añadió el gobierno.

China considera habitualmente que la presa de las Tres Gargantas, que le costó 22.000 millones de dólares, es un prodigio de la modernidad.

La instalación, situada sobre el río Yangtse en la provincia de Hubei (centro), concluida en 2008, mide 185 metros de alto, y puede retener más de 39.000 millones de metros cúbicos de agua.

Sin embargo, el mayor generador de electricidad del mundo ha sido particularmente señalado en los últimos años, por su coste ecológico y humano, y en particular por los importantes desplazamientos de población (1,4 millones de personas) que ha provocado.