La Policía de Guatemala detuvo a un sospechoso de los asesinatos de tres miembros de una familia de agricultores, lo que puede aportar pistas para atrapar a los sicarios del cartel mexicano Los Zetas que mataron a 27 labriegos en una finca, pues ambos casos están ligados.

El detenido, Hugo Álvaro Gómez Vásquez, un guatemalteco de 37 años, sería un miembro local de Los Zetas, grupo al que las autoridades atribuyeron la masacre en la finca de Petén (norte), donde 27 personas fueron asesinadas y decapitadas el fin de semana, dijo el ministro del Interior, Carlos Menocal.

“La detención se produjo en base a las pistas que se encontraron al trabajar la escena del crimen en la finca Los Cocos”, dijo Menocal el martes en la noche.

“El señor Gómez Vásquez fue capturado en jurisdicción de Tactic, Alta Verapaz (departamento vecino a Petén); (…) y consideramos que no está aislado de la masacre, ya que entre la estructura criminal, él ocupa un lugar de liderazgo”, afirmó por su lado la fiscal general, Claudia Paz y Paz.

La matanza, que conmovió al país a pesar de estar habituado a la violencia, fue atribuida por el gobierno a Los Zetas, que operan en la impunidad en esa región selvática del norte de Guatemala, próxima a la frontera mexicana.

Los sicarios ejecutaban a los trabajadores mientras les preguntaban donde estaba el dueño de la finca, Otto Salguero, quien comenzó a ser investigado luego de la matanza, por sospechas de que está vinculado con el narcotráfico.

Gómez habría participado en los secuestros y asesinatos de Kelly Franco Salguero, su marido y su suegro, la semana pasada. La mujer era sobrina del dueño de la finca, a quien buscaban los sicarios para matarlo.

Primero fue secuestrado el marido de Franco, Luis Carlos Bardales Chacón, y cuando ella y su suegro, Luis Carlos Bardales Tobar, iban a pagar el rescate para obtener su liberación, también fueron secuestrados. Los tres fueron asesinados.

“El secuestro y el pago del rescate (…) traen como consecuencia la masacre ocurrida en Petén. Hasta donde sabemos, la organización de Los Zetas cobraba extorsión o pago de drogas a Ottoniel Salguero”, detalló el ministro Menocal.

Un sobreviviente de la matanza contó a la AFP el lunes que salió con vida porque “me hice el muerto cuando me metieron un cuchillo en el estómago”.

Los 27 trabajadores, entre ellos dos mujeres, habían llegado recientemente a trabajar a Petén, cuyos residentes claman porque las autoridades combatan la inseguridad.

Las víctimas fueron sepultadas esta semana, sin que las autoridades lograran establecer la identidad de 18 de ellas, debido a la rápida descomposición de los cuerpos debido al calor y porque fueron decapitadas y les cortaron algunas extremidades.

Aunque Guatemala tiene una de las mayores tasas de homicidios de América Latina, las decapitaciones no eran habituales en el país, a diferencia de regiones de México.

Los Zetas, cuyas redes se extienden del sur de Estados Unidos a Centroamérica, es un grupo creado por militares mexicanos que desertaron hace unos años para unirse al cartel del Golfo, al que ahora se enfrentan. Para financiar esa disputa recurren al secuestro de migrantes y otros delitos.

El presidente Alvaro Colom impuso el estado de sitio en Petén luego de la matanza, la peor perpetrada en el país donde firmó la paz en 1996 tras una cruenta guerra civil de 36 años, y desplegó policías y soldados en la región.