El presidente francés Nicolas Sarkozy pidió el martes que se mantenga “la sangre fría, el coraje, la unidad, el trabajo” y “la dignidad” durante un desayuno con cuadros de su partido, en alusión a la situación de Dominique Strauss-Kahn sin nombrarlo explícitamente.

“La sangre fría, el coraje, la unidad y, agregaría, la dignidiad, son la línea de conducta de la mayoría”, es decir la Unión por un Movimiento Popular (UMP, derecha), dijo Sarkozy sin citar a Dominique Strauss-Kahn, inculpado por la justicia estadounidense por agresión sexual e intento de violación y secuestro, entre otros cargos, indicó uno de los repsonsables de ese partido.

Según la misma fuente, el presidente francés agregó que “la preocupación de la gente son sus dificultades en la vida diaria”.

“Debemos conducir al país. Somos rocas sólidas y no lo pienso sólo desde el fin de semana”, agregó Sarkozy siempre según esa fuente.

“Tenemos que seguir esta línea. Tenemos trabajo por delante”, añadió Sarkozy, presidente en ejercicio en 2011 del G8 y del G20.

Justamente una Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del G8 -países desarrollados- está prevista la semana próxima en Deauville (norte de Francia).

Los jefes de Estado y de Gobierno del G20 -desarrollados y emergentes- se reunirán en Cannes (sudeste) en noviembre.

Dominique Strauss Kahn, gran favorito en las encuestas sobre intenciones de voto con miras a las elecciones presidenciales francesas de 2012, fue detenido e inculpado este fin de semana en Nueva York por los delitos de agresión sexual, intento de secuestro y de violación de una empleada de limpieza de un hotel neoyorquino.

La justicia rechazó su pedido de libertad bajo fianza argumentando el riesgo de fuga. El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) pasó el lunes su primera noche en la cárcel de Rikers Island.

El fin de semana el gobierno francés y la dirección de la UMP impartieron la consigna de no hablar al respecto y respetar la presunción de inocencia.

No obstante, algunas voces del gobierno y del partido en el poder reprocharon a Strauss Kahn haber dañado “la imagen de Francia”.