La Reina Isabel II llegó el martes a Irlanda para la primera visita de un monarca británico a esa república, que estará rodeada de un dispositivo de seguridad sin precedentes debido a amenazas de grupos disidentes republicanos.

El avión que transportaba a la soberana británica y su marido, el Duque de Edimburgo, aterrizó justo antes del mediodía (08:00 hora local) en el aeropuerto Baldonnel de Dublín.

La reina, que llevaba un abrigo verde esmeralda con sombrero a juego en honor a sus anfitriones, salió minutos después para iniciar esta visita histórica de cuatro días sin precedentes desde la independencia irlandesa en 1922.

El viaje es aprobado por 81% de los irlandeses, según un reciente sondeo, pero disidentes republicanos opuestos al proceso de paz en Irlanda del Norte indicaron que la soberana británica no es bienvenida, lo que obligó a las autoridades a desplegar un dispositivo de seguridad sin precedentes.

Unos 10.000 efectivos de la policía y del ejército están movilizados para esta visita, considerada como un paso más en la reconciliación y la normalización de las relaciones entre los dos países, once años después de los acuerdos de paz del Viernes Santo que en 1998 pusieron fin a 30 años de violencia entre protestantes unionistas y católicos republicanos en el Ulster.

La policía irlandesa indicó pocas horas antes a la AFP que desactivó un artefacto explosivo en torno a las 02:00 de la madrugada un artefacto explosivo “en estado de funcionar” en un autobús en Maynooth, una pequeña localidad cercana a Dublín.