Israel mantuvo el lunes a sus fuerzas de seguridad en pie de guerra en las fronteras de Líbano y Siria, donde el domingo se registraron incidentes con los palestinos que conmemoraban la “Nakba” (catástrofe), como denominan al éxodo posterior a la fundación del estado hebreo.

La infiltración de un centenar de manifestantes llegados de Siria en la meseta del Golan ocupada por Israel cerca de la localidad de Majdad Chams, provocó una lluvia de críticas de parte de los medios contra “la falta de preparación” del ejército israelí.

Según el último balance provisorio, las fuerzas israelíes mataron a 14 personas en las fronteras con el Líbano y Siria: 10 de lado libanés y 4 otras dos en Majdal Chams.

Al menos otros 464 manifestantes palestinos fueron heridos en las frontera libanesa, en la meseta de Golan en la franja de Gaza, en Cisjordania y en Jerusalén Este, durante la conmemoración de la “Nakba, la creación del Estado de Israel, que para cientos de miles de palestinos significó la violenta expulsión de sus hogares y de sus tierras.

Otros incidentes fueron señalados cerca de la frontera de Jordania con Israel.

El jefe del estado mayor israelí, general Benny Gantz citado por la radio pública admitió que el balance de la intervención del ejército israelí en Majdal Chamas “no es bueno”.