Los playoffs de la NBA entran desde el domingo en fase crítica, cuando Chicago y Miami abran la final de la Conferencia Este en un duelo de vértigo, mientras en el Oeste Dallas espera impaciente porque Memphis y Oklahoma City acaben de deshojar la margarita para empezar a batirse.

Chicago Bulls viene de eliminar 4-2 a los Atlanta Hawks y Miami Heat dispuso 4-1 de unos envejecidos Boston Celtics, en tanto Dallas barrió en cuatro partidos a Los Angeles Lakers, que habían ganando el título los últimos dos años.

Los ganadores de estas series se medirán en la final por el título que arranca a inicios de junio.

El Heat y su Trío Mágico de LeBron James, Dwayne Wade y Chris Bosh visita a unos Bulls que reverdecen los laureles de su mítico Michael Jordan, aferrados a la capacidad de liderazgo de su nueva estrella, el base Derrick Rose, el Jugador Más Valioso (MVP) de la ronda regular.

La serie al mejor de siete comienza con los dos primeros partidos el domingo y miércoles, en la arena de Chicago.

Miami se enfrenta a un equipo que le barrió 3-0 en la temporada regular, y que ha hecho de la defensa su mejor arma, dejando a Rose como electrón libre en el ataque, armador y punto final de toda la ofensiva.

Rose ha tomado el 29% de tiros de Chicago en los playoffs, y colecciona 90 asistencias en esta etapa.

Sus 256 intentos de tiro es casi tanto como los disparos totales del segundo y tercer canasteros del equipo, Luol Deng (154) y Carlos Boozer (119) en la postemporada.

“Será una batalla campal, y una serie divertida de ver”, pronosticó Rose, que obvia hablar de lo que podría ser un duelo personal con LeBron James, el MVP de 2009 y 2010.

La táctica del entrenador Tom Thibodeau llevó a los Bulls al mejor récord de la Liga en la temporada regular (62-20) y a su mejor campaña desde que ganaron su último título de Liga en 1998, la temporada final del Gran Jordan, que les guió a seis campeonatos.

Antes de arribar a Chicago, Thibodeau fue el asistente defensivo que dibujó la contención de Boston en sus grandes temporadas de los últimos años.

Su marca, un juego sin pelota a ritmo de vérigo, enérgico y por momentos rudo, con constantes desplazamientos para las ayudas y el trabajo en la zona pintada.

Es un equipo que no permite penetraciones fáciles, y eso es un reto para LeBron y Wade.

“Concentración y unidad. Esas son las claves ahora contra los Bulls”, confesó James.

La final del este enfrentará al mejor equipo ofensivo de la Liga (93 puntos por juego) contra el de mejor defensa (74 puntos).

De otro lado, mientras Thunder y Grizzlies se desgastan en el Oeste en una batalla extendida a siete partidos, los Mavericks entrenan impacientes por continuar camino a su segunda final de la NBA, y sueñan con una revancha contra Miami, que les arrebató el título en 2006.

“Miami o Chicago, cualquiera de los dos será difícil, pero contra el Heat tenemos una cuenta pendiente”, manifestó Dirk Nowitzki, astro de Dallas.

La final del Oeste comienza el próximo martes, con Memphis u Oklahoma City visitando a Dallas para los dos primeros partidos de la serie.

El viernes, Zach Randolph tuvo una notable noche de 30 puntos y 13 rebotes y los Memphis Grizzlies evitaron la eliminación al vencer 95-83 a los Oklahoma City Thunder, obligando al séptimo partido, que se llevará a cabo el domingo en Oklahoma City Arena.

Los Grizzlies, que nunca habían ganado un juego de postemporada al ser barridos en sus tres anteriores viajes a esta etapa (2004, 2005 y 2006), ya ha hecho historia, pues han ganado más juegos que cualquier otro octavo clasificado del Oeste.