El cantante popular Michel Martelly, celebrado en los barrios pobres de Puerto Príncipe y novato de la política, jurará el sábado como 56º presidente de Haití, el país más pobre de América, que requiere ser reconstruido tras el sismo de 2010.

La ceremonia de investidura comenzará a las 08:00 locales (10:00 hora chilena) en un edificio de madera construido en el centro de la capital para recibir a los senadores y diputados reunidos en Asamblea Nacional, dado que el Parlamento fue destruido por el sismo de enero de 2010, que además mató a 250.000 personas.

Ante la mirada del ex presidente estadounidense Bill Clinton y el canciller francés Alain Juppé, el presidente saliente, René Preval, deberá entregarle a su sucesor, conocido en el escenario como “Sweet Micky”, la banda con los colores azul y rojo de la bandera haitiana.

Martelly pronunciará a continuación su primer discurso como presidente ante las delegaciones invitadas. Además de Juppé y Clinton, se espera acuda una decena de jefes de Estado, entre ellos el presidente del país vecino, el dominicano Leonel Fernández.

Michel Martelly invitó también a los ex presidentes de Haití que han vuelto del exilio este año: Jean-Bertrand Aristide y Jean-Claude Duvalier, aunque no está claro si asistirán a la ceremonia.

“Bienvenido presidente Martelly”, escribieron sus seguidores en los muros de Puerto Príncipe. Para la ocasión, centenares de voluntarios limpiaron las calles de la capital.

Un grupo, “Haití propre” (‘Haití limpio’), se afanó para librar a la ciudad de la basura y restaurar encantos ocultos bajo toneladas de escombros tras el poderoso sismo del año pasado.

Martelly, de 50 años, dinámico, mediático y audaz, obtuvo una inmensa popularidad durante su campaña electoral, durante la cual prometió “cambio”. Ahora sucederá a Preval, hombre de derecha, ex primer ministro y dos veces presidente.

“Por primera vez en la historia de Haití, un presidente democráticamente electo pasará la banda presidencial a otro presidente democráticamente electo de la oposición”, se congratuló Edmond Mulet, jefe de la misión de estabilización de la ONU en Haití (Minustah), desplegada desde 2004.

“Una de las grandes tareas inmediatas del nuevo gobierno será reenseñar a los haitianos a vivir juntos”, analizó el novelista Jean-Claude Fignolé, alcalde de un poblado de pescadores en el suroeste de Haití, haciendo alusión a la violencia que continúa en algunas regiones.

La toma de posesión de Martelly el sábado es el último capítulo de la tumultuosa historia reciente del país. Después de semanas de incertidumbre sobre el resultado de las elecciones, el mes pasado “Sweet Micky” -que enfrenta al reto de forjar una verdadera unidad nacional- fue declarado presidente electo después de ganar la segunda vuelta con 67% de los votos.