La meta que nos hemos propuesto como país es lograr el desarrollo hacia fines de esta década. Este es un objetivo no sólo propuesto por este gobierno, sino que es una obligación que tenemos como nación.

Para lograr nuestro objetivo debemos alcanzar un ingreso per cápita que debe estar entre los 15 mil y 20 mil dólares, y hoy nos encontramos en el orden de los 10 mil dólares. Por lo tanto, nos queda la mitad del camino por recorrer.

El esfuerzo que tenemos que hacer en los próximos años es duplicar nuestro crecimiento económico, eso significa duplicar nuestra capacidad de producción, y por lo tanto requerimos aumentar al doble la generación de energía.

En este punto tenemos que ser muy racionales, y ser conscientes de nuestra realidad. Somos un país emergente, que está en vías de desarrollo, y la energía que tenemos a la mano, en abundancia, menos contaminante y a la alcance de nuestro actual nivel de desarrollo, es la hidráulica.

Quienes hoy levantan banderas en contra de este modelo de desarrollo energético, hace poco fueron sus principales promotores, o bien miraron al cielo cuando los proyectos fueron discutidos y aprobados.

Un gobierno responsable no sólo toma decisiones para su mandato, sino que también pensando en el futuro del país. En este sentido, sería muy fácil oponerse a cualquier proyecto de generación eléctrica, pero las consecuencias de aquello las pagaríamos todos los chilenos en 8 ó 9 años más, hipotecando el crecimiento y la superación de la pobreza.

Las hidroeléctricas generan una energía limpia y si existe un proyecto que cumple con todas las normas ambientales, en derecho, las autoridades no pueden más que aprobarlo, porque de lo contrario simplemente se cometería una arbitrariedad.

Aquí hay una institucionalidad, que debe ser respetada y si tenemos discrepancia, lo que corresponde es que trabajemos al interior de la institucionalidad, para modificar lo que creemos no corresponde.

Nuestra democracia y nuestras instituciones están lo suficientemente maduras para resolver las discrepancias, y quienes optan por la protesta violenta, están equivocando el camino y espero que terminen con este tipo de acciones.

Víctor Pérez Varela es abogado y senador (UDI) por la circunscripción 13 en la Región del Bío-Bío. Fue alcalde designado de Los Ángeles durante el régimen militar, desde 1981 a 1987. En 1989 fue electo diputado por el mismo distrito, llegando al senado en 2006.