Tras pasar una noche en la calle, miles de afectados por el sismo de magnitud 5,1 que afectó el miércoles a Lorca (Murcia, sudeste) se organizaban este jueves para pasar la noche fuera de sus casas en tiendas y zonas habilatadas por los servicios de rescate.

“Hemos pasado la noche aquí en la plaza del mercado, pero no pude dormir, mi hijo ha dormido un poco por el suelo, la organización aquí es muy lenta. No sé si vamos a quedar aquí una noche más”, explica a la AFP la ecuatoriana Norma Selina, de 52 años, mientras mantiene un ojo sobre su hijo de 12.

Los temores de Selina a tener que pasar otra noche fuera de casa son los mismos que tienen miles de afectados que esperan a que los técnicos terminen de revisar los edificios dañados, por lo cual los equipos de emergencia han desplegado un dispositivo para que los afectados puedan dormir bajo un techo.

En la plaza del mercado, donde cientos de personas, la mayoría latinoamericanas, con algunas pertenencias esperan a recibir ayuda, la Cruz Roja ha montado una gran tienda para alojar a familias, mientras esperan a saber si pueden volver a sus casas o tienen que pasar otra noche fuera.

“Mi piso está fatal”, asegura Daniel Valareso, de 37 años, que ha preferido pasar la noche al raso antes que arriesgarse a dormir en su casa, tal como hicieron entre 10.000 y 15.000 lorquinos, tras el sismo que ha causado nueve muertos.

“Para nosotros coordinar a nuestros compatriotas y ver de brindarles ayuda y atención es lo más urgente”, dijo a la AFP Alexander Parades, miembro de la extensa comunidad ecuatoriana en Lorca.

“Las autoridades están ayudando en todo lo que pueden”, añadió Parades, mientras a su alrededor cientos de sus compatriotas, sentados en sillas de campo y con algunas pertenencias en bolsas, pasan el día a la espera de novedades o de volver a pasar otra noche fuera.

“Poco a poco van a incorporarse a sus viviendas”, afirmó Raúl Quesada, técnico de la Cruz Roja en el lugar, donde una fila de personas espera a recibir paquetes de comida con bebidas isotónicas, agua y barras de cereales.

Seis tiendas del ejército, de una veintena de plazas cada una, así como 13 tiendas de la Cruz Roja esperan en la plaza del mercado a sus ocupantes.

“Para esta noche esperamos que haya menos personas que la primera noche”, afirmó el vicepresidente de la Cruz Roja de Valencia, José Miguel Rebollo, que explicó que la idea es tener tres zonas de concentración para alojar a unas 2.500 personas en tiendas de la Cruz Roja y del Ejército.

“Los arquitectos del ayuntamiento van a inspeccionar los edificios para ver si están en condiciones habitables”, añadió Rebollo en referencia a una tarea que ya ha comenzado, puesto que, según la alcadía lorquina, “un centenar de técnicos” están ya revisando los edificios y catalogándolos según su peligrosidad.

Una pegatina verde supone que no hay problema para volver a ocuparlo, una amarilla significa que se puede acceder al mismo con precaución para coger cosas y una roja prohíbe la entrada al edificio.

Según la televisión pública española, alrededor de un 10% de los edificios afectados por el sismo podrían tener daños estructurales que impedirían la vuelta de sus ocupantes, pero la tarea de revisión todavía llevará su tiempo.