Las organizaciones ambientales que rechazan la construcción a la central Angostura, que se levanta entre las comunas de Santa Bárbara y Quilaco, se sumaron a los reclamos contra el Gobierno por la autorización ambiental otorgada al proyecto de Hidroaysén.
Recordemos que los ambientalistas de la zona también llevan adelante una intensa oposición al proyecto eléctrico de la empresa Colbún, que tuvo el visto bueno ambiental en agosto de 2009.
El principal argumento de los detractores es que esa autorización contraviene un acuerdo del Estado chileno con la OEA, a raíz de la construcción de la central Ralco, que prohíbe nuevas plantas generadoras en la zona.
Por eso, según Fredy Pérez, de la agrupación Aguas Libres, lo ocurrido con Hidroaysén replica la decisión del Ejecutivo en torno a favorecer los intereses de las grandes empresas.
Es más, el dirigente sostuvo que la sesión del Servicio de Evaluación Ambiental en Coyhaique repite lo ocurrido con ellos en el 2009, cuando la Corema autorizó la central Angostura.
Aunque lo opositores tienen presentado un recurso de reclamación en el Ministerio del Medio Ambiente, éste aun no es resuelto por el Consejo de Ministros.
Por eso, el último camino de los opositores a Angostura es volver nuevamente a la OEA para ratificar el acuerdo del año 2004, que prohíbe la construcción de nuevas centrales hidroeléctricas en esa zona cordillerana, como ocurriría con Angostura.