La agencia de calificación financiera Standard & Poor’s confirmó este lunes la desconfianza de los mercados sobre la solvencia de Grecia, degradando de nuevo la nota de su deuda soberana, mientras el país negocia un segundo plan de ayuda para financiar sus vencimientos en 2012.

Según declaró una fuente europea este lunes a la AFP, los países de la Eurozona se plantean conceder una ayuda suplementaria a Grecia para evitar que Atenas tenga que financiarse en los mercados de deuda en 2012. El sábado, el jefe del foro de ministros de Finanzas de la zona euro, Jean-Claude Juncker, dijo que Grecia necesita “un programa de ajuste suplementario”.

Para evitar la suspensión de pagos en la primavera de 2010, Grecia obtuvo de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI) una ayuda en forma de préstamos por valor de 110.000 millones de euros, a cambio de un drástico plan de reducción del déficit y la deuda pública.

El programa, de tres años de duración, preveía que Grecia volviera a vender deuda a largo plazo en los mercados en 2012.

Desde mayo de 2010, el déficit se redujo en cinco puntos, pero la deuda pública, que representaba el 115% del PIB hace un año, alcanzará a fines de 2011 el 152%, según las previsiones. Los ingresos fiscales siguen siendo insuficientes a causa de la profunda recesión, y de la persistencia del fraude.

El resultado es que los mercados siguen desconfiando del país. La prueba: las tasas de obligaciones a diez años, consideradas prohibitivas en mayo de 2010 cuando superaban el 9%, prosiguieron su escalada en las últimas semanas, situándose por encima del 15%, lo que descarta toda posibilidad de financiación autónoma.

La agencia de calificación Standard & Poor’s alejó aún más esa posibilidad este lunes, al rebajar la nota de la deuda a largo plazo del país de “BB-” a “B”, lo que hunde los títulos griegos en la categoría de “bonos basura”, es decir, poco fiables. La deuda a corto plazo fue degradada de “B” a “C”.

S&P explicó su decisión diciendo que los gobiernos de la zona euro, que aceptaron retrasar la fecha de reembolso de sus préstamos, podrían pedirle lo mismo a los acreedores privados de Atenas, lo que equivaldría a un “default” parcial del país.

El ministerio griego de Finanzas fustigó inmediatamente la iniciativa de Standard and Poor’s, diciendo que la agencia tomó su decisión sin que “haya habido ninguna información nueva o decisión que agrave la situación de Grecia desde la evaluación anterior, hace un mes”.

Por el momento, la emisión prevista el martes de 1.250 millones de euros en bonos del Tesoro griego a seis meses permitirá tomarle el pulso a los inversores.

El ministro griego de Finanzas, Giorgos Papaconstantinou, desearía que el nuevo fondo europeo de rescate compre obligaciones griegas a largo plazo cuando el país las emita de nuevo.

En 2012, Grecia necesitará 66.000 millones de euros. El ministro indicó a comienzos de abril que 25.000 millones vendrían del préstamo de la UE, el FMI y el BCE, y los 41.000 restantes de una “combinación de privatizaciones y de emisiones a corto y largo plazo”.

Los ministros europeos de Finanzas se pronunciarán al respecto el 16 de mayo en una reunión en Bruselas.

De aquí a entonces, una misión conjunta de la UE, el FMI y el BCE evaluará desde el martes en Atenas el programa de ajuste fiscal griego emprendido hace un año.

En Grecia, el influyente ministro de Sanidad, Andreas Loverdos, y el gobernador del Banco de Grecia instaron a acelerar las reformas y las privatizaciones para que el país salga del atolladero.

El viernes por la tarde se desató una ola de pánico cuando el sitio web del diario alemán Der Spiegel escribió que Grecia podría abandonar la zona euro, una hipótesis que fue desmentida por Atenas y por varios responsables europeos.