Bolivia no está preparada para enfrentar el posible terremoto de hasta 8,9 puntos de magnitud que pronosticaron expertos en Europa, según sismólogos locales consultados por la AFP, mientras que la predicción generó grandes temores entre los bolivianos.

“Definitivamente ahora no estamos preparados para un sismo de magnitud”, dijo la directora del privado Observatorio Sismológico de San Calixto, María Estela Minaya, consultada por el reciente informe de la revista científica británica Nature que alertó sobre un posible terremoto en Bolivia.

El especialista estadounidense Michael Bevis concentra su atención en el Chaco boliviano, que colinda principalmente con el Paraguay y Argentina, y donde existe la falla de Mandeyapecua.

“La falla va a romper en cinco partes diferentes, en cinco sismos diferentes; para mí es más probable que cada uno sea de hasta 8 u 8,3 (de magnitud), pero teóricamente es posible que toda la falla rompa en un solo momento y estas situaciones son más grandes, como de 8,7 u 8,9″, dijo.

Bevis, docente de la Universidad del Estado de Ohio y especialista en geodesia y geodinámica que coopera desde hace siete años con el Instituto Geográfico Militar y el Observatorio San Calixto en La Paz, dijo que en esa zona “cada año hay un movimiento de un centímetro”.

“Estos movimientos casi siempre significan que la tierra se está preparando para un terremoto. Es como un resorte, la tierra es elástica”, matizó.

El sismo “va a afectar una zona extensa” que incluye el norte argentino, el noroeste paraguayo, el oeste brasileño y los Andes bolivianos, según el especialista.

En el lado boliviano en la zona en peligro habitan unas 2 millones de personas, principalmente en la ciudad de Santa Cruz, capital económica de Bolivia, 900 km al este de La Paz.

Según Bevis “un sismo de 8 es muy grande, no es como 7. Si hay cambio de una magnitud, de 7 a 8, significa 30 veces más de energía. Dos unidades más de magnitud, como de 6 a 8, significa 30 por 30, es decir 900 veces más energía, hay gran diferencia entre 7 y 8 y un 8 y 9″ de magnitud.

Si se produce un sismo máximo de 8,9 significaría que es similar al del 27 de febrero de 2010 en Chile, recordó.

Pero lo que no se puede predecir es la fecha en que se producirá. “No se puede predecir cuándo, sí que va a haber, puede ser en unos años o en 100 años”, dijo el especialista estadounidense.

“El problema en sismología es que no se puede determinar cuándo”, replicó por su lado Minaya, directora del observatorio San Calixto, quien acotó que “hay que tomar medidas de prevención, reconocer que hay un problema, que no sabemos cuándo será, pero que hay un problema”.

“Hay que empezar la prevención, en el conocimiento de que la amenaza existe, pero ¿cómo paliar esto?: con las construcciones, hay que conocer el tipo de suelo, poner regulaciones en construcciones, todo eso es un conjunto de las tareas de la sociedad”, respondió.

La noticia difundida el domingo en Londres y París por la revista Nature generó cierto grado de alarma en Bolivia, donde varias radios locales recibieron llamadas telefónicas preguntando sobre el tema, pues los terremotos de semejante magnitud son desconocidos en el país.

En la historia sísmica de Bolivia se registraron varios temblores. El más fuerte fue el reportado el 9 de junio de 1994, de 8,4, al norte de la ciudad de La Paz, pero que fue a 630 km de profundidad, por lo que no produjo víctimas.

El que dejó mayor devastación fue el del 22 de mayo de 1998, cuando un sismo de 6,5 se registró en el centro de Bolivia, en los poblados rurales de Aiquile, Mizque y Totora, y mató a unas 80 personas, por el desplome de casas de barro.