El jefe de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, dijo este domingo que confiaba en que se estaba acabando el tiempo del líder libio, Muamar Gadafi, a pesar del prolongado conflicto entre sus fuerzas y los rebeldes que buscan sacarlo del poder.

Pero el secretario general de la OTAN también reconoció que la guerra que ya lleva cerca de dos meses se resolvería política y no militarmente.

“Se terminó el juego para Gadafi. Debe darse cuenta de que más pronto que tarde no hay futuro para él y su régimen”, declaró el secretario general de la OTAN a la CNN.

“Hemos detenido a Gadafi. Su tiempo se está acabando. Está cada vez más aislado”, afirmó.

Dado “el viento de cambio” que atraviesa el Norte de Africa y Medio Oriente, la muerte del líder de Al Qaida, Osama bin Laden, y la creciente presión sobre los talibanes en Afganistán, el ex primer ministro danés dijo que era “muy optimista” de que Gadafi sería desplazado del poder después de ejercerlo durante más de cuatro décadas.

Misrata, bastión insurgente del oeste de Libia asediado por las fuerzas gubernamentales de Muamar Gadafi, volvía a ser este domingo escenario de intensos combates, mientras los rebeldes de Bengasi esperaban armas de Italia.

Los combates se desarrollaban al oeste de Misrata, gran ciudad costera a 200 kilómetros al este de Trípoli, en la localidad de Burgueya, según un corresponsal de la AFP.

En la noche del jueves al viernes, un helicóptero de las fuerzas de Gadafi lanzó al menos 26 minas, provistas de paracaídas, que cayeron a la entrada de los muelles y del puerto, según el corresponsal de la AFP. Los rebeldes hicieron estallar la mayoría de ellas.

En Bengasi, el vicepresidente del Consejo nacional de transición (CNT), órgano político de la rebelión, Abdel Hafiz Ghoga, afirmó el sábado en la noche que Italia entregaría armas a la rebelión.

En Roma, fuentes del ministerio de Relaciones Exteriores precisaron que Italia entregaría “material de auto-defensa” a los rebeldes, en el marco de la resolución 1973 del Consejo de seguridad de la ONU, que no obstante impone un embargo sobre las armas.

Lo mismo que Francia y el Reino Unido, Italia envió ya un grupo de consejeros militares a Bengasi (este), para ayudar a los rebeldes a organizarse.