El presidente norteamericano Barack Obama visitaba este jueves la “Zona Cero” en el sur de Manhattan tras la eliminación de Osama bin Laden responsable de la muerte de casi 3.000 personas.

La visita estará cargada de simbolismo, cuando el presidente deposite una ofrenda floral en el sitio devastado por los ataques del 11 de setiembre de 2001 y donde ahora se levantan varios rascacielos en construcción.

La Casa Blanca aseguró que no se trata de una vuelta para cantar victoria sino de una forma de homenaje a las víctimas de los ataques que desencadenaron la controvertida guerra global de Estados Unidos contra el terrorismo.

El portavoz de la Casa Blanca Jim Carney dijo que la muerte de Bin Laden había sido “un momento de catarsis significativo para el pueblo norteamericano” y que Obama “quiere rendir homenaje al espíritu de unidad que todos sentimos tras aquel terrible ataque”.

Su ramo de flores será en homenaje a los cientos de bomberos y demás socorristas que perecieron en las torres gemelas. “También se reunirá en privado con los familiares de las víctimas y de los socorristas”, dijo Carney.

“Quiere reunirse con ellos –explicó el vocero– y compartir este importante y significativo momento, que es agridulce para muchos de los familiares de las víctimas”.

La muerte del enemigo número uno de Estados Unidos de forma tan espectacular en un operativo con helicópteros en pleno territorio de Pakistán es indudablemente uno de los principales triunfos de Obama desde que llegó a la Casa Blanca en 2008.

Las encuestas revelaron un inmediato incremento de la popularidad e incluso el difícil establishment de Washington cerró filas en torno al presidente.

Pero la Casa Blanca parece estar decidida a evitar dar una imagen de excesivo triunfalismo o de ceder a la tentación de explotar los hechos con fines electorales.

Obama invitó incluso a su predecesor George W. Bush, que era presidente cuando ocurrió el 11 de setiembre y fue muy criticado cuando lanzó su “guerra contra el terrorismo”, a la ceremonia en la “Zona Cero”.

A pesar de que Bush no aceptó la invitación, la Casa Blanca logró hacer público su mensaje. “Es un momento de unidad para los norteamericanos y un momento de recordar la unidad que existió en este país tras los ataques del 11 de setiembre”, dijo Carney. “La invitación se extendió con ese espíritu”.

No habrá discurso durante la ceremonia en la”Zona Cero” y la entrevista con los familiares será privada, aunque el portavoz no excluyó que haga algunos comentarios a la prensa.

La voluntad de mantener una atmósfera de dignidad tras la muerte de Bin Laden se tradujo además en la negativa de Obama de autorizar la difusión de fotografías del cuerpo muerto de su enemigo, reclamada por algunos medios.

“Es importante asegurarnos de que las fotografías gráficamente muy explícitas de alguien que recibió disparos en la cabeza no ande dando vueltas por ahí como una incitación a la violencia”, dijo Obama a CBS.