Al menos 11 vagones vacíos fueron incendiados este lunes en estaciones de ferrocarril de una línea de pasajeros suburbana de la capital argentina que transporta a unas 400.000 personas diariamente, en un hecho que la empresa consideró un ataque orquestado.

“Llama la atención la simultaneidad de los incendios y que se hayan dañado las cámaras de seguridad en tres estaciones, lo que hace pensar que fue algo organizado y en forma intencional”, dijo el vocero de la privada Trenes de Buenos Aires (TBA), Gustavo Gago.

Grupos de pasajeros habían reaccionado en forma airada en las tres estaciones luego de la interrupción del servicio por el descarrilamiento de otra formación de esa línea, que suele funcionar con demoras.

La empresa presentó ante la Justicia “una denuncia por sabotaje”, señaló el Secretario de Transportes, Juan Pablo Schiavi.

Schiavi afirmó que en un sector de la línea ferroviaria “se verificó que se sacaron los elementos de fijación de la vía y eso fue lo que generó el descarrilamiento del tren que iba rumbo a (la terminal capitalina de) Once”.

La cadena de incendios comenzó la mañana del lunes en la estación suburbana de Haedo, a 16 km al oeste de Buenos Aires, y se extendió a las vecinas Ramos Mejía y Ciudadela en el horario de mayor movimiento de esa línea suburbana que une a la capital argentina con la poblada periferia oeste.

“El servicio se había interrumpido por el descarrilamiento de un tren (sin consecuencias) cerca de la estación terminal de Once (en la capital)”, había informado Gago más temprano.

Gago detalló que “cuatro vagones fueron incendiados en la estación de Haedo, otros cuatro en Ramos Mejía y tres en Ciudadela”.

Algunos testigos dijeron que grupos de jóvenes aprovecharon la situación para saquear una boletería de la estación Haedo, mientras trabajadores denunciaron haber sido agredidos por los pasajeros enfurecidos.

La empresa estatal de ferrocarriles fue privatizada en los años 90, durante el gobierno de Carlos Menem (1989-99), que además clausuró cientos de kilómetros de vías férreas que dejó aisladas a numerosas localidades en todo el país sudamericano.

La calidad de los servicios ferroviarios disminuyó desde aquel entonces y sólo este año se produjeron dos graves accidentes, uno con saldo de cuatro muertos y un centenar de heridos en la periferia noroeste y otro con balance de 70 heridos en la periferia sur.