La presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, gritó “fuego” cuando oprimió el botón que provocó este jueves una gran explosión destinada a conectar dos túneles en construcción para una futura central hidroeléctrica.

La Mandataria, que hace unos días condujo brevemente un nuevo tren urbano, fue la invitada de honor a la ceremonia en que se unieron los frentes de dos túneles, de 14 metros de diámetro, que llevarán agua a un embalse en la Central Eléctrica El Reventazón en Siquirres, unos 90 km al sureste de San José.

“Quiero agradecerle al ICE (Instituto Costarricense de Electricidad) hacerme participe de un momento de tanta emoción e ilusión y que son la suma de gran cantidad de esfuerzos de las cuadrillas” de trabajadores, dijo la presidenta luego de la explosión.

La central tendrá una capacidad instalada de 305,5 megavatios y suministrará energía a más de medio millón de hogares cuando entre en operaciones en diciembre de 2015, con una inversión de 1.200 millones de dólares, dijo el ICE.

Los túneles, de 680 metros de longitud cada uno, que permitirán el paso de 3.500 metros cúbicos por segundo, desviarán aguas hacia una represa.

Antes de que 200 hectáreas queden inundadas por las aguas del embalse, se realizarán “evaluaciones arqueológicas” en el lugar y serán trasladados unos 16.000 animales, indicó el ICE en un comunicado.

“Tengo 10 meses de laborar aquí; (estoy) contento y agradecido de toda la administración”, dijo a la AFP Luis Antonio Mora Granados, uno de los 1.700 trabajadores en las obras, quien estaba emocionado de ver a Chinchilla.