Nueve personas murieron el sábado en Kandahar (sur) en nuevas protestas por la reciente quema de un Corán en Estados Unidos, al día siguiente de que siete empleados de la ONU murieran en el peor ataque contra la Organización desde la invasión de Afganistán en 2001.

Las protestas del sábado comenzaron en el centro de la ciudad y se extendieron a otros lugares. La policía se enfrentó a los manifestantes, que marchaban hacia las oficinas de la ONU y los edificios de la administración provincial, según testigos.

“Hoy, como resultado de las violentas manifestaciones en Kandahar, 73 personas resultaron heridas y nueve murieron”, indicó la administración local en un comunicado.

“Hacia las 09H00 (02:30 en Chile) comenzó una manifestación pacífica contra la quema del Corán en Estados Unidos. Unos elementos destructores se infiltraron entre la muchedumbre e intentaron generar violencia”, declaró a la AFP Zalmai Ayubi, portavoz de las autoridades provinciales.

Según él, todos los muertos y heridos eran manifestantes.

La administración dijo que 17 personas, siete de ellas armadas, fueron arrestadas.

Los manifestantes dañaron edificios públicos y privados, e incendiaron vehículos, según el comunicado.

La policía disparó al aire para intentar impedir a miles de manifestantes marchar hacia las oficinas de Naciones Unidas y los edificios administrativos, constató un reportero de la AFP.

Los manifestantes desfilaron a gritos de “Muerte a Estados Unidos” y “Muerte a (Hamid) Karzai”, el presidente afgano. “Insultaron nuestro Corán”, gritó uno de ellos.

Desde el tejado de un edificio se veía humo elevarse desde distintos barrios de la ciudad.

Un periodista de la AFP vio cómo unos manifestantes sacaban dos cadáveres en Chawk Saheedan, un lugar céntrico de la ciudad, donde comenzaron las protestas.

La víspera de esta protesta, siete empleados extranjeros de la ONU, entre ellos cuatro guardias nepaleses y tres europeos, murieron en una manifestación similar en la ciudad norteña de Mazar-i-Sharif.

Los talibanes se atribuyeron la responsabilidad del incidente, en el que resultó quemado parte del complejo de la ONU.

El gobernador de la provincia de Balj, Ata Mohammad Noor, dijo que otras cinco personas, presumiblemente manifestantes, murieron, y al menos 20 resultaron heridas. Unas 20 personas fueron arrestadas, añadió.

“Algunos de ellos (los manifestantes) estaban claramente armados, e irrumpieron en el edificio” para quemarlo, dijo a la prensa en Nueva York el jefe de operaciones de mantenimiento de paz de la ONU, Alain Le Roy.

El ataque del viernes fue el peor sufrido por la ONU desde un atentado con bomba perpetrado en unas oficinas de Naciones Unidas en 2007 en Argel, donde murieron 17 funcionarios.

El Consejo de Seguridad de la ONU celebró una reunión especial acerca del incidente, y pidió al gobierno afgano que refuerce la protección de los funcionarios de Naciones Unidas.

Antes del ataque del viernes, Afganistán ya condenó la quema “irrespetuosa y aborrecible” del Corán en el Dove World Outreach Center, una iglesia evangélica de Gainesville, Florida, el pasado 20 de marzo.

El pastor de esa iglesia, Terry Jones, dijo a la AFP: “No nos sentimos responsables” del ataque, porque “los elementos radicales del islam están tomando (la quema) como excusa para promover sus actividades violentas”.