Gran Bretaña no descarta proporcionar armas a los rebeldes libios que luchan contra el régimen de Gadafi, pero el gobierno no ha tomado ninguna decisión en ese sentido, afirmó este miércoles el primer ministro británico David Cameron.

Interrogado en su comparecencia semanal en la Cámara de los comunes si su gobierno estaba considerando proporcionar armas a los rebeldes, Cameron dijo que la resolución 1973 de las Naciones Unidas “autoriza todas las medidas necesarias para proteger a los civiles (…) y nuestra opinión es que esto no excluye necesariamente el suministro de asistencia a los que protegen a los civiles en algunas circunstancias”.

“No lo descartamos pero todavía no hemos tomado la decisión de hacerlo”, agregó Cameron a los diputados.

La cuestión de armar a los insurgentes libios para provocar la caída de Gadafi fue evocada el martes en Londres durante la conferencia de Londres sobre Libia, que reunió 36 países y organizaciones como la ONU, la OTAN y la Liga Árabe.

El ministro francés de Relaciones Exteriores, Alain Juppé, declaró que su país está dispuesto a conversar con sus aliados en relación a una ayuda militar para los rebeldes, si bien reconoció que esto no está previsto en las recientes resoluciones de la ONU.

Interrogado al respecto el martes, el presidente estadounidense Barack Obama señaló: “No lo excluyo. Pero no digo que se va a hacer”.

En cambio, los gobiernos de Italia y Noruega, dos países miembros de la coalición internacional, se declararon en contra de armarlos, al igual que el secretario general de la OTAN Anders Fogh Rasmussen.