La comuna de Torres del Paine y el Continente Antártico esconden un tesoro paleontológico: la historia general de la época del Cretácico, tiempo en que desaparecieron los dinosaurios y los mamíferos comenzaron a gobernar la Tierra.

Así lo afirmó el grupo de científicos alemanes y chilenos que durante enero y febrero recorrieron diversas zonas, encontrando importantes evidencias fósiles de flora y fauna de hace 65 y 140 millones de años.

“Patagonia y Antártica son la evidencia de una danza entre dos continentes que alguna vez estuvieron unidos”, destaca el Dr. Marcelo Leppe, Jefe del Departamento Científico, del INACH, quien lidera un equipo que hizo hallazgos de restos fósiles de flora similares en Patagonia y la Antártica, que datan de hace 90 millones de años, evidenciando que el bosque nativo chileno se formó en el Continente Blanco.

Según la teoría, Sudamérica, Australia y Antártica fueron parte de un súper continente llamado Gondwana.

Los científicos están preocupados de conocer cómo estas zonas fueron pobladas por la flora y fauna terrestre y marina, y cómo cada geografía aportó a la historia natural.

Los investigadores también encontraron fósiles de erizos, granos de polen, huesos de reptiles marinos, como ictio, mosa y plesiosaurios, junto con troncos de árboles, hojas, esporas, ammonites, bivalvos, gastrópodos, corales y peces que se encuentran perfectamente conservados en las rocas.

Estos nuevos hallazgos hacen que los científicos califiquen al área de Última Esperanza, en la Patagonia chilena, como “un parque del Cretácico”, único y de gran potencialidad para el estudio de la vida y la desaparición de importantes linajes de animales.

Este tipo de investigaciones potencian la creación del turismo de intereses especiales. De hecho, el Dr. Leppe ha sostenido diversas reuniones con líderes y autoridades de la Comuna de Torres del Paine para proteger este patrimonio.

La iniciativa es financiada por el Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt) y el INACH le brinda apoyo logístico. Además, tiene como institución asociada al Instituto de Geología de la Universidad de Heidelberg (Alemania) y ha establecido cooperación con investigadores de la Universidad de Chiba, Japón.