El presidente Barack Obama culmina este miércoles una gira por América Latina en El Salvador, donde prometió un programa de 200 millones de dólares para la lucha contra el narcotráfico en América Central e impulsar una reforma migratoria en Estados Unidos.

El mandatario tenía prevista la mañana del miércoles una audioconferencia con su equipo de Seguridad Nacional desde San Salvador, para analizar el conflicto libio, antes de emprender el retorno a Estados Unidos a las 11:00 horas locales (14:00 horas en Chile), dos horas antes de lo inicialmente previsto, informó la Casa Blanca.

En San Salvador Obama prometió recursos para la lucha contra el narcotráfico y las pandillas en Centroamérica, que se ha convertido en una de las regiones más inseguras del mundo, y coincidió con el mandatario salvadoreño Mauricio Funes en que hay que crear oportunidades para que los jóvenes no emigren ni se unan a bandas criminales.

“Hoy estamos lanzando un nuevo esfuerzo para enfrentar a los narcotraficantes y pandillas que han causado demasiada violencia en todos nuestros países, especialmente en América Central”, dijo Obama, agregando que “focalizaremos 200 millones de dólares para apoyar los esfuerzos aquí en la región”.

Sin embargo, no hizo anuncios sobre migración, como anhelaba el gobierno salvadoreño, más allá de prometer que se esforzará por lograr que el Congreso de su país apruebe una reforma migratoria que permita regularizar a miles de indocumentados.

“Estamos comprometidos en cooperar en una reforma migratoria en Estados Unidos”, donde viven al menos dos millones de salvadoreños que hacen “una extraordinaria contribución a nuestro país”, expresó.

Obama dijo que concordaba con Funes en que para frenar la migración ilegal hacia Estados Unidos, hay que mejorar las condiciones de vida en Centroamérica.

“Si la gente no tiene necesidad de ir al norte para proveer a sus familias” se reducirá la migración, declaró en una conferencia de prensa junto a Funes.

La actividad más simbólica cumplida por Obama en El Salvador fue una visita a la tumba del asesinado arzobispo Oscar Arnulfo Romero en la Catedral Metropolitana, donde encendió una vela en señal de reverencia, acompañado por Funes y el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar.

Obama visitó la tumba el martes en la noche en medio de un gran dispositivo de seguridad, en la víspera de que se cumplan 31 años del crimen de Romero, quien fue asesinado mientras oficiaba misa por un sicario pagado por la ultraderecha.

El mandatario norteamericano, quien viaja acompañado de su esposa Michelle y sus dos hijas, expresó que en Centroamérica sigue pendiente el reto de erradicar la violencia.

El presidente de Estados Unidos llegó el martes a El Salvador procedente de Chile, donde había elogiado a América Latina por ser “una región en movimiento”, “lista para asumir un papel más importante en el mundo” y “más importante que nunca” para la prosperidad y la seguridad de Estados Unidos.

Antes visitó Brasil, donde se reunió con la presidenta Dilma Rousseff, en un encuentro que ambas partes dijeron que sirvió para relanzar las relaciones bilaterales y para dialogar sobre la agenda internacional.