La defensa de Fernando Karadima aclaró que pidió a la Iglesia flexibilidad para recibir a sus visitas en el convento donde se encuentra enclaustrado.

En tanto, el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, confirmó que debe cumplir con la orden del Vaticano de mantener en “silencio” al religioso condenado.

Juan Pablo Bulnes, el abogado que representa al religioso en el juicio canónico, informó que a fin de este mes, cuando se le vence el plazo, apelará a la condena dictada por el Vaticano.

La sentencia que se le impuso a Karadima fue retirarse a una vida de oración y penitencia, además de evitar contactos con feligreses de la parroquia El Bosque y no ejercer en forma pública como sacerdote.

El abogado además recalcó que el cura se encuentra en “una soledad muy grande”.

También reconoció que apelaron ante la iglesia para permitir visitas al cura Karadima en el lugar donde se encuentra enclaustrado.

En todo caso La Radio intentó, sin resultados, comunicarse con la Nunciatura Apostólica, para una versión oficial sobre la inminente apelación.

En tanto, el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, explicó que sólo debe cumplir el veredicto del Vaticano y que cree que el cura Karadima va a colaborar con la justicia.

En tanto, el obispo castrense Juan Barros, uno de los sindicados por las víctimas de Karadima, reiteró sus declaraciones respecto a su desconocimiento de los hechos.

El sacerdote Karadima se encuentra en retiro en el Convento de las Siervas de Jesús de la Caridad en la comuna de Providencia.