Italia anunció la suspensión durante un año de sus proyectos nucleares para evitar que sean vetados en junio en un referéndum popular y, que se tomen decisiones dictadas por la emoción tras los accidentes nucleares en Japón.

“Mañana (miércoles) vamos de declarar una moratoria de un año de toda decisión nuclear así como de la reactivación de la búsqueda de un lugar para las centrales nucleares”, anticipó el ministro de Desarrollo, Paolo Romani, tras una reunión con la comisión industrial del Senado.

El anuncio de una “moratoria de un año” será oficializado el miércoles por el Consejo de Ministros, que teme las repercusiones en la opinión pública de los accidentes nucleares en Japón tras el devastador sismo y tsunami del 17 de marzo en Japón.

Para Romani debatir en este momento el regreso a la energía nuclear es “inapropiado”, mientras la ministra del Medio Ambiente, Stefania Prestigiacomo, había admitido que era necesario “reflexionar” sobre el tema, después de haber defendido a capa y espada el átomo.

Italia, uno de los pocos países de Europa sin centrales nucleares por haberlas cerrado hace más de 20 años, había decidido inicialmente mantener su plan de volver a la energía atómica pese a los accidentes en Japón.

Sin embargo, debido a la creciente oposición de la opinión pública, resolvió tomarse “una pausa de reflexión”, que se convertirá en una moratoria de un año.

Según un sondeo publicado este martes por el diario La Repubblica, cerca de tres italianos sobre cuatro rechazan la construcción de nuevas plantas nucleares y consideran negativa la política del gobierno de obstaculizar la energía renovable y fomentar el átomo por lo que están dispuestos a vetar en referéndum la política del gobierno conservador de Silvio Berlusconi.

La decisión del gobierno de construir centrales nucleares había sido anunciada en el 2008 por el primer ministro Berlusconi, quien esperaba así disminuir la dependencia energética de la península y bajar los precios de la energía eléctrica.

En 1987 la energía nuclear había sido vetada ya en referéndum, por lo que las cuatro centrales de entonces fueron desmanteladas.

El 12 de junio era la fecha fijada para la consulta popular en la que se solicita la supresión del decreto gobernativo de 2008.

Las encuestas daban como perdedor al gobierno, por lo que éste decidió aplazar el asunto un año.

“Se trata de una trampa del gobierno para aplazar el referéndum, porque el gobierno teme el veredicto de los ciudadanos”, declaró el ex juez anticorrupción Antonio Di Pietro, líder de Italia de los Valores, partido contrario a la energía nuclear.

Hace tres días, el presidente de la autoridad italiana para la seguridad nuclear, el oncólogo Umberto Veronesi, paladín del átomo, exigió que se revisen los programas nucleares para Italia pese a estimar “inevitable” la energía atómica.

Las tres mayores asociaciones de defensa del medio ambiente en Italia, Legambiente, Greenpeace y WWF, habían coincidido en pedir al gobierno que revise su programa nuclear.

La construcción de centrales en Italia debía iniciarse en el 2014 con el objetivo de entrar en servicio en el 2020.

La elección del lugar para las centrales es uno de los asuntos más complejos, sobre todo porque muchos administradores locales, como las regiones sureñas de Basilicata, Campania y Apulia, fuertemente sísmicas, son contrarias a su construcción.