México y Venezuela, con los debutantes Sergio Pérez y Pastor Maldonado respectivamente, se unieron como representantes latinoamericanos en la Fórmula 1 a Brasil, que contará de nuevo con Felipe Massa y Rubens Barrichello en la nueva temporada.

De todos ellos, sólo Massa, al volante de un Ferrari, parece con un monoplaza con aspiraciones reales de aspirar al título mundial de pilotos, algo que no consigue un latinoamericano desde el último éxito de los tres del también brasileño Ayrton Senna, en el campeonato de 1991.

En 2010, el mejor resultado para el continente fue el sexto lugar de Massa, en una temporada discreta para él, en la que no ganó ninguna carrera y subió al podio en cinco ocasiones, quedando lejos de su mejor año (2008), cuando fue subcampeón mundial, sólo superado por el inglés Lewis Hamilton.

En esta ocasión, Massa, de casi 30 años, espera que el nuevo monoplaza F150 y el cambio de neumáticos Bridgestone por los nuevos de Pirelli le haga vivir una temporada “completamente diferente” a la pasada, negando ser el ‘segundo’ piloto de Ferrari, a la sombra del español Fernando Alonso.

“Estoy tranquilo, si estuviera en un equipo que no me pidiera ganar, no estaría aquí. Confío al 100% en mi escudería, no estoy en Ferrari sólo para conducir, sino para ganar”, dijo el piloto de Sao Paulo en la presentación de la ‘Scuderia’ a finales de enero en su cuartel general de Maranello.

Por su parte, el veterano Barrichello, de 38 años y que debutó en esta competición en 1993, repetirá con Williams, con quien quedó décimo en 2010, sin poder subir al podio en ninguna carrera y sin repetir el éxito de un año antes, cuando sorprendió con una tercera posición en la general, al volante de un Brawn GP.

Para la nueva temporada, dice estar seguro de poder mejorar lo vivido el pasado año. “Estamos mejor respecto al año pasado. El auto es diferente, por lo tanto hay que tratarlo de manera diferente, pero me gusta mucho”, explicó.

Massa y Barrichello son los ‘veteranos’ que repiten, mientras que los otros dos pilotos brasileños que compitieron en 2010, Bruno Senna y Lucas Di Grassi, no han logrado repetir como titulares en ninguna de las escuderías participantes.

Los que sí han encontrado un lugar entre los más grandes son dos jóvenes promesas procedentes de la GP2, la tradicional ‘cantera’ de la Fórmula 1, donde fueron campeón y subcampeón en 2010, respectivamente: el venezolano Pastor Maldonado y el mexicano Sergio Pérez.

Maldonado (Williams) sigue así lo pasos del gran referente nacional de este deporte, Johnny Cecotto, que corrió en los Mundiales de 1983 y 1984, antes de que él hubiera nacido.

“Williams está haciendo un trabajo ilusionante. Es increíble poder estar aquí y formar parte del equipo. Es un sueño hecho realidad”, señaló el piloto venezolano, que ha devuelto a su país a la parrilla tras cuatro años de dura batalla en la GP2.

Allí conquistó el título en 2010, tras tres años difíciles, en los que fue undécimo en 2007, 5º en 2008 y 6º en 2009.

Por detrás de él en la general del pasado año terminó Pérez, que consiguió un asiento en un monoplaza de Sauber, donde tendrá como compañero al japonés Kabui Kobayashi.

Con ‘Checo’ han desembarcado también varios patrocinadores, entre ellos el gigante de las telecomunicaciones Telmex, que acentúan la presencia azteca en la Fórmula 1 y permiten a Sauber disponer de un balón de oxígeno y seguridad económico en tiempos de crisis.

“La Fórmula 1 es el sueño de cualquier piloto joven. Un sueño que se hace realidad para mí. Soy consciente del gran desafío que supone y de las responsabilidades que implica. Estoy feliz de aceptarlas”, comentó el piloto de Guadalajara cuando se confirmó su fichaje a finales de 2010.

México regresa así a la Fórmula 1 tres décadas después, por primera vez desde la presencia de Héctor Rebaque en el Mundial de 1981.