Estados Unidos y Brasil deben ser “socios igualitarios”, afirmó el domingo el presidente estadounidense, Barack Obama, en un discurso pronunciado en Rio de Janeiro, en el que puso al país sudamericano como ejemplo de transición democrática para el Medio Oriente.

Obama habló en el Teatro Municipal de Rio al día siguiente de haber anunciado desde Brasilia que autorizaba una “acción militar limitada” contra el régimen de Muamar Gadafi en Libia, amparado en una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que autorizó el uso de la fuerza, pero en cuya votación Brasil se abstuvo.

“Nuestros dos países no siempre estuvieron de acuerdo en todo. Y como muchas naciones, tendremos diferencias de opinión en el futuro. Pero estoy aquí para decirles que el pueblo estadounidense no sólo reconoce el éxito de Brasil, lo celebra”, señaló el mandatario en medio de aplausos del auditorio.

“Cuando enfrenten los muchos desafíos que todavía tienen aquí y fuera (de fronteras), unámonos, no como un socio mayor y uno menor, sino como socios igualitarios, unidos en un espíritu de mutuo interés y mutuo respeto, comprometidos con el progreso que podemos lograr juntos”, exclamó Obama ovacionado por los presentes.

El mandatario estadounidense había señalado el sábado luego de reunirse con la presidenta brasileña Dilma Rousseff en Brasilia, que Estados Unidos debía tratar a Brasil “en un pie de igualdad” con China e India en cuestiones económicas.

También recordó el papel preponderante que Brasil jugó en el G20 de naciones emergentes e industrializadas cuando estalló la crisis financiera en 2008.

“Trabajamos lado a lado durante la crisis finaniera para restaurar el crecimiento y la confianza”, remarcó Obama, que asumió en 2009 y compartió mesa en el G20 con el ex mandatario brasileño Luis Inacio Lula da Silva.

Obama, que realiza una visita de dos días a Brasil en el inicio de una gira latinoamericana que lo llevará además a Chile y a El Salvador, elogió a la democracia brasileña, y la puso como ejemplo para las naciones de Medio Oriente que enfrentan rebeliones populares contra regímenes de facto.

“Ese es el ejemplo de Brasil. Brasil, un país que muestra que una dictadura puede convertirse en una vibrante democracia. Brasil, un país que muestra que la democracia brinda libertad y oportunidades a la gente”, dijo Obama. “Hoy hemos visto la lucha por estos derechos extenderse a través de Medio Oriente y el norte de Africa”, añadió.

Y Brasil es “un país que muestra cómo el llamado al cambio que comienza en las calles, puede transformar una ciudad, un país y el mundo”, concluyó, aplaudido de pie por los presentes que colmaron el teatro.

Obama, que llamó además a los brasileños a “fortalecer la amistad” con los estadounidenses, visitó en la mañana la favela Cidade de Deus, en la periferia de Rio, un barrio pobre pacificado y liberado de traficantes de drogas por la policía.

“Por primera vez, la esperanza está volviendo a lugares en donde el miedo prevaleció por mucho tiempo”, remarcó el mandatario, que se desplazó bajo fuerte vigilancia hasta un espacio de la favela sellado por fuerzas de seguridad para la ocasión.

“Nunca me hubiese imaginado ver aquí un presidente estadounidense negro”, dijo a la AFP Leila Martiniano, una obrera negra de 39 años habitante de esta favela en la que viven unas 40.000 personas, famosa por la película homónima de Fernando Meirelles.

Obama visitó en la noche del domingo con su familia la estatua del Cristo Redentor, en el cerro del Corcovado que domina la ciudad.

Se trata de la primera gira latinoamericana de Obama desde que se reunió por primera vez con los presidentes de la región hace dos años en Trinidad y Tobago, durante la Cumbre de las Américas.

Allí prometió una nueva relación con la región, después de que ésta quedara relegada durante el gobierno de su predecesor, George W. Bush.

Este lunes por la mañana Obama parte hacia Santiago.