Chile, un país con alta sismicidad, debate las iniciativas del gobierno acerca del uso de la energía nuclear, bajo el trauma de la catástrofe en Japón y a pocos días de que Santiago firme con Estados Unidos un acuerdo de cooperación sobre el tema.

La emergencia -por las sucesivas explosiones en la central nuclear de Fukushima- suscitada tras el poderoso terremoto del viernes en Japón encontró a Chile justo en medio de un debate sobre la inclusión de la energía nuclear en su matriz energética, en un escenario de presunta escasez y de urgentes requerimientos para aumentar su generación eléctrica.

Pero tras la tragedia, considerando que Chile tiene un riesgo sísmico tan alto como el de Japón y que hace un año sufrió un terremoto de 8,8 grados que también generó un tsunami, la posibilidad de instalar reactores nucleares genera una percepción distinta.

“Hasta antes del terremoto en Japón era partidario de impulsar la energía nuclear. Ahora tengo dudas”, indicó el senador del oficialista partido Unión Demócrata Independiente (UDI), Jaime Orpis.

“Sin duda que la experiencia japonesa debe ser analizada para no cometer los errores de ellos, pero por ningún motivo se justifica que el país renuncie al desarrollo de la energía nuclear en el corto plazo”, dijo de su lado el legislador de su mismo partido, Juan Lobos.

Mientras tanto el Biministro Laurence Golborne señaló que “Chile no tiene un plan nuclear en curso. No tiene un plan para establecer centrales nucleares, no hay centrales nucleares de potencia en Chile, por lo tanto, situemos la magnitud del debate en su justa medida”.

Pese a que existe un compromiso oficial de no tomar ninguna resolución acerca del desarrollo de energía nuclear en los próximos 10 años, a inicios de marzo el propio Golborne viajó a Francia para conocer el desarrollo de la energía nuclear y firmar un acuerdo de cooperación en esta materia, que involucra la formación de técnicos.

Para este viernes está prevista en Santiago la firma de otro convenio de cooperación nuclear similar, esta vez entre Chile y Estados Unidos, a días de una visita a Santiago del presidente Barack Obama, en una gira que incluye también a Brasil y El Salvador.

“El gobierno chileno está adelantado la discusión nuclear a escondidas de la ciudadanía”, criticó a la AFP el coordinador de campañas de Greenpeace Chile, Samuel Leiva.

“Nos oponemos al desarrollo de la energía nuclear por todo lo que significa y particularmente en Chile que tiene una alta actividad sísmica y es un país que no está preparado para lidiar con estas capacidades de desarrollo”, agregó el ambientalista.

Chile requiere con urgencia aumentar su generación de energía para alimentar sobre todo una creciente demanda de parte de la industria del cobre, del cual el país es el principal productor mundial.

El país es un importador neto de combustibles y basa su matriz energética en la hidroelectricidad y les termoeléctricas.

“Necesitamos subir la mirada y tener una de largo plazo respecto a la matriz energética y eso significa considerar todas las fuentes de energía disponibles; energía solar, eólica, pero también energía termoeléctrica”, dijo el biministro Golborne.

“Obviamente no podemos decir no a todo, tenemos que decir que sí a algo”, agregó el biministro, en alusión a las fuertes críticas de ambientalistas que se oponen a una serie de proyectos termoeléctricos en curso y a la instalación de represas en la Patagonia chilena.

Chile cuenta ya con dos pequeños reactores experimentales, en comuna de La Reina y Lo Aguirre en Santiago, destinados a fines medicinales y de investigación. Ninguno de esos reactores sufrió daños tras el terremoto del año pasado en Chile.