La autoridad de salud sentenció que la situación de la Aldea de Llico es preocupante por el colapso del sistema de alcantarillado. En todo caso, aseguraron que no se han registrado brotes de enfermedades en ningún campamento de la Región del Bío-Bío.

En estado de permanente alerta se mantiene la autoridad sanitaria por las condiciones en que se encuentran los campamentos que se organizaron tras el terremoto de febrero de 2010.

A más de un año de la tragedia, la situación de la aldea de Llico es preocupante, porque el sistema de alcantarillado está absolutamente colapsado y las aguas servidas escurren a la vía pública.

Esto genera peligro de enfermedades como hepatitis y de transmisión alimentaria, por lo que se se hace necesario realizar operativos permanentes mediante arreglos menores y camiones limpiafosas.

El tema es que la solución en Llico es de largo plazo, en un problema que involucra además la calidad de vida de los habitantes del lugar, que deben soportar el olor de estos desechos.

Con todo, las cifras de brotes de enfermedades en las aldeas de la Región han experimentado un descenso respecto a años anteriores.

Respecto a sumarios sanitarios, Claudio Baez señaló que se han cursado en Lota y Tomé debido a la disposición de aguas servidas, aunque ahora los esfuerzos están puestos en el invierno.

El ojo está atento a que los virus estacionales no hagan mella en la salud de la población, que vive en condición vulnerable, muy vulnerable, en estos momentos.