Israel busca que Estados Unidos aumente substancialmente su ayuda para mantener su “ventaja militar” con respecto a los países árabes de la región, en medio de una ola de grandes cambios y tentativas de retomar las negociaciones de paz con los palestinos.

“El tema de la ventaja militar cualitativa de Israel se está volviendo primordial para nosotros y creo que también lo es para ustedes” (los estadounidenses), afirmó el ministro israelí de Defensa, Ehud Barak, en una entrevista al Wall Street Journal.

“Podría resultar sensato (para Estados Unidos) invertir otros 20.000 millones de dólares para mejorar la seguridad de Israel para la próxima generación”, puntualizó.

“Podría pasar que en casos extremos nos veamos obligados, llegado el caso, a proyectar nuestro poder (al exterior) o, si es necesario, ejercer (…) nuestro derecho a la autodefensa en pos de la estabilidad de la región entera”, dijo Barak.

Israel, que tiene un acuerdo de cooperación estratégica con Estados Unidos, se presenta a sí mismo como “una isla estable de democracia” en un contexto regional turbulento e impredecible”.

Desde 2007, Israel recibe 3.000 millones de dólares de ayuda anual de Estados Unidos, en virtud de un acuerdo entre ambos países vigente hasta 2017, que incluye un aumento de alrededor un 25% de la ayuda militar estadounidense.

Interrogado al respecto por la AFP, Eytan Gilboa, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Bar-Ilan y experto en Estados Unidos, recuerda que “en el pasado los estadounidenses se han comprometido a aumentar puntualmente esta ayuda, pero sin haber cumplido siempre sus promesas”.

Según él, “el presidente Ronald Reagan fue antiguamente el primero en hablar de la ‘necesidad de una ventaja militar cualitativa de Israel’ sobre sus enemigos, y esta noción podría actualmente extenderse a los países árabes susceptibles de verse afectados por cambios, como Jordania o Arabia Saudita”.

Gilboa habla de una veintena de aviones caza Joint Strike Fighters F-35 que Estados Unidos podría brindar gratuitamente a Israel, además de los 20 que ya fueron pedidos, así como varios programas de armamento”.

Según el diario israelí Israël Hayom, el primer ministro Benjamin Netanyahu repitió el martes que “con o sin acuerdo de paz (con los palestinos), deberemos aumentar seriamente nuestro presupuesto en defensa para responder a las amenazas tecnológicas, al despliegue de fuerzas y al número creciente de misiles en la región”.

Netanyahu estimó que, en contrapartida a un acuerdo de paz, Occidente podría conceder a Israel “un paquete especial de ayuda para su defensa”.

El primer ministro no descartó la posibilidad de financiar este recargo de seguridad con futuros ‘royalties’ sobre las reservas de gas natural israelíes descubiertas en el Mediterráneo.

El presupuesto anual de Defensa de Israel alcanza los 13.000 millones de dólares, aproximadamente 7% del PIB.

Para el analista de defensa, Reuven Pedatzur, “las revueltas en el mundo árabe no amenazan para nada la seguridad de Israel porque Egipto tiene otros gatos que golpear, y Túnez y Libia no se consideran un riesgo”.

Según él, “los dirigentes israelíes quieren aprovechar la ocasión para extraer un aumento de la ayuda estadounidense, aunque no han presentado ningún plan serio para relanzar las negociaciones de paz con los palestinos”.

Las conversaciones entre israelíes y palestinos fueron retomadas el 2 de septiembre en Washington, pero fueron interrumpidas tres semanas después cuando expiró una moratoria de Israel de 10 meses sobre la colonización en Cisjordania. Los palestinos exigen un congelamiento de las colonias, pero Netanyahu lo rechaza.

Desde hace unas semanas, el primer ministro habla acerca de una “iniciativa diplomática” de paz que suscita escepticismo en Israel.