El líder del Fine Gael, Enda Kenny, ganador de las elecciones del 25 de febrero, fue investido este miércoles nuevo primer ministro de Irlanda y liderará un gobierno de coalición junto a los laboristas, con la misión de reconstruir la frágil economía de la isla.

Enda Kenny | Wikipedia

Enda Kenny | Wikipedia

Kenny, de 59 años, recibió el apoyo de 117 de los 166 diputados en una votación celebrada en la cámara baja del parlamento, cuyo resultado fue recibido por una atronadora ovación. Otros 27 votaron en contra y los 22 restantes se abstuvieron.

Este ex maestro se convierte así en el primer ‘Taoiseach’ (primer ministro) del Fine Gael desde 1997, gracias al revés del hasta ahora gobernante Fianna Fáil, culpado de la catastrófica situación económica que obligó al primer ministro saliente Brian Cowen a recurrir a un rescate exterior.

El gobierno de Kenny dispone de una amplia mayoría absoluta en la cámara gracias a los 76 diputados de su partido de centro y los 37 representantes de su socio de coalición, el Partido Laborista (izquierda).

Los dos partidos acordaron un programa destinado a reactivar la economía de este país de la eurozona sepultado por la deuda, cuya primera prioridad será la renegociación del plan de rescate de 85.000 millones de euros (115.000 millones de dólares) firmado en noviembre pasado con la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

En su primer discurso, Kenny se declaró “muy consciente de la tarea” que tiene por delante su gobierno, pero expresó su confianza en el futuro.

“La crisis actual es la hora más oscura antes del amanecer”, afirmó. “Se anuncia un nuevo día brillante”.

Horas después, anunció su gobierno, que estará formado por 10 ministros del Fine Gael y cinco laboristas.

Como estaba previsto, el veterano ex líder del Fine Gael Michael Noonan se encargará de la crucial cartera de Economía y Finanzas, mientras que el líder laborista, Eamon Gilmore, sumará la cartera de Relaciones Exteriores al cargo de viceprimer ministro.

“Nuestro país necesita un gobierno fuerte, estable y equilibrado que pueda hacer frente a la crisis”, declaró Gilmore.

El nuevo gabinete deberá ponerse inmediatamente manos a la obra, pues Kenny es esperado el viernes en Bruselas con los otros líderes de la eurozona para una cumbre extraordinaria destinada a dar una respuesta firme a la crisis de la deuda.

La víspera, debería reunirse con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.

Además de renegociar la tasa de interés del plan de rescate que consideran “punitiva”, el nuevo gobierno ha prometido reducir también al 3% hasta 2015 un déficit público que en 2010 llegó al 32% del PIB, como consecuencia de tener que reflotar su sistema bancario.

Irlanda es el segundo país de la eurozona que tuvo que recurrir a un rescate después de Grecia, y la mayoría de los irlandeses vivieron esta petición de ayuda exterior -condicionada a un durísima austeridad- como una humillación.

Sin embargo, para “aumentar la credibilidad internacional” del país, el nuevo gobierno prometió cumplir los objetivos fijados en el plan cuatrienal de ajuste diseñado por sus predecesores.