Frustrada quedó la intención de un joven de 20 años, interno en la sección juvenil de la cárcel de Temuco, de lograr acceder al beneficio de libertad vigilada, para poder asistir a la Universidad, por no haberse notificado a la víctima del robo por el que fue condenado.

Madre denuncia error judicial | Carlos Martínez

Madre denuncia error judicial | Carlos Martínez

Se trata de un joven cuya identidad no puede ser revelada por orden del Juzgado de Garantía, que está condenado a 5 años de internación en régimen cerrado desde el año 2007, como autor de un robo en lugar habitado y que desde 2009 por su edad, fue trasladado desde el Centro de Privación de Libertad para Menores de Chol Chol, hasta la sección juvenil del Centro de Cumplimiento Penitenciario de Temuco.

Allí inició una intensa preparación para postular a la universidad, rindiendo el año pasado la PSU, lo que le permitió obtener sobre 600 puntos que lo dejaron en tercer lugar para ingresar a una carrera de pedagogía de la Universidad Católica de Temuco.

Por ello y amparado en un informe psicosocial de Gendarmería, la defensa del condenado a cargo del abogado Luis Acuña, especialista en la ley de responsabilidad penal adolescente, solicitó ante la jueza Marcia Castillo, que el joven fuera beneficiado con libertad asistida, lo que sin embargo no pudo ser resuelto, ya que la víctima del hecho por el que el joven está recluido, no fue notificada por el Juzgado.

Visiblemente afectada, Ana María Fonseca Miranda, madre del joven recluido, lamentó que por un error del Juzgado no se haya logrado celebrar la audiencia en que su hijo esperaba lograr la libertad, sobre todo considerando que las clases en la Universidad Católica se inician el próximo lunes 14 de marzo.

Por no haberse notificado a la víctima de la causa, el Juzgado programó una nueva audiencia, pero para el miércoles 16 de marzo, es decir, dos días después de que se inicien las clases a las que el joven espera asistir en calidad de alumno.

La madre insiste en que pese a se habla mucho de la reinserción social de quienes han cometido un error, en la práctica ello no se ejecuta.