Un vuelco sufre la investigación por la muerte de Emmanuel Uribe, el joven estudiante de la Universidad San Sebastian de Valdivia, que pereció de un disparo en la cabeza. Se descubrió un pacto de silencio y se anuncian nuevas diligencias que apuntan a un homicidio.

A casi 8 meses después de ocurrido el incidente, se aclara que el revólver no pertenecía al joven muerto -como se afirmó al comienzo- y que en definitiva, el arma estaba en la cabaña a la que Emmanuel llegó para compartir con unos amigos, quienes admitieron haber mentido a la policía, según lo confirmó el abogado querellante del caso, Rodrigo Cortés.

El jurista sentenció que si efectivamente se acordó mentir respecto del origen del arma, también lo fue en el resto de los hechos, motivo por cual han solicitado al Ministerio Público nuevas diligencias que permitan llamar a nuevas personas a declarar.

La madre del joven, Elisa Cañete, afirmó que con los nuevos antecedentes se confirma la tesis de homicidio, especialmente por el actuar de los jóvenes, y no descarta que se esté encubriendo a alguien.

El incidente se registró en la noche del 8 de julio del año pasado, oportunidad en la que Emmanuel recibió un disparo en su sien derecha, en consecuencia que el estudiante era zurdo, además los análisis tanatológicos establecieron que sus manos no registraban pólvora y que el disparo fue al menos a 10 centímetros de su cabeza, sin apoyo.