Las autoridades municipales de La Paz autorizaron este lunes la cremación gratuita de los 2.000 cuerpos sepultados en un cementerio clandestino afectado por un alud la semana pasada, que dejó 6.000 personas sin techo y destruyó 1.700 predios.

El concejo del municipio de La Paz dijo en un comunicado que tomó la decisión “de manera excepcional (..) de la incineración gratuita de cuerpos frescos y restos óseos provenientes del cementerio clandestino de Valle de las Flores”, la zona más afectada por el deslizamiento de 140 hectáreas de terreno.

“Los familiares están viendo con mucho dolor cómo se está destruyendo ese cementerio y se están perdiendo muchas cosas”, explicó el concejal Freddy Miranda, al fundamentar la decisión.

La disposición del concejo apunta también a que “los cuerpos frescos puedan ser trasladados a otros cementerios o a una fosa común, como otra de las alternativas”, señaló.

Durante los primeros días del siniestro, familiares rescataban los restos de sus difuntos de las tumbas que quedaron a flor de tierra y expuestas al saqueo, probablemente por parte de estudiantes de medicina, dijeron algunos entrevistados por televisoras locales.

En algunas zonas humildes de Bolivia existen cementerios irregulares, donde la gente entierra sus muertos sin tener que pasar por el papeleo y los costos de los cementerios legales.

El deslave, provocado por grandes aguaceros, dejó daños de infraestructura avaluados en al menos 50 millones de dólares, según el alcalde de la ciudad, Luis Revilla.

Las intensas lluvias de las últimas semanas en Bolivia han provocado desbordes de ríos, inundaciones y la pérdida de plantaciones y ganado, además de dejar 14.156 familias afectadas y al menos 52 muertos en todo el país, según estimaciones de las autoridades nacionales.